El hecho ocurrió el lunes, en la clásica de Jáen que se corre en la ciudad de ese nombre en suelo español.
Venía segundo de un grupo grande de pedalistas. Era uno de los que marcaba el paso en el pelotón de la Clásica de Jáen, carrera de un día que se realiza desde 2022 y que tiene la calificación de categoría 1.1. de la Unión Ciclista Internacional. Estaba feliz. Era su primera carrera del 2025 en Europa, portaba el tricolor nacional y tenía buenas sensaciones en las piernas.
Estaba fuerte. Por eso estaba al frente del lote. Ese fue el motivo por el que, bajada por una vía destapada de las montañas que rodean la ciudad española de Jáen, Egan Bernal iba con buena velocidad. En televisión no parece, pero los ciclistas profesionales se desplazan a un ritmo increíble: 60, 70, 80, 100 kilómetros por hora son las velocidades que pueden alcanzar estos hombres de cuerpos delgados.
En las bajadas, sobre todo, es cuando más aceleran. Si el camino es estrecho, como suele ocurrir en las carreteras por las que pasan las clásicas, hay que pedalear con más fuerza para ganarse un espacio, ir adelante de los rivales, no estar cerca a ellos. Hacerlo conlleva riesgos. Como los pedalistas van enchoclados, anclados a los pedales de sus bicicletas, cualquier mal movimiento, cualquier resbalón, los puede llevar al suelo.
Eso le pasó a Egan, bicampeón nacional de crono y fondo 2025. Él, como se dijo al inicio de este relato, iba segundo en una bajada por terreno no pavimentado. Por eso, iba a toda velocidad cuando llegó a un punto que, antes de que los ciclistas llegaran, tenía una alarma que indicaba que por esa zona debían pasar con cuidado.
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Un aficionado, que seguro conoce el terreno y estaba parado en la orilla de la carretera para grabar un video, le dijo a los pedalistas que iban adelante que tenían que pasar con precaución. Mas estos hombres, que además de andar rápido tienen puesto un audífono que los comunica con sus directores de escuadra todo el tiempo, no lo oyeron.
El ciclista que iba adelante de Bernal, pasó sin problema. El colombiano, que el lunes estrenaba la camiseta con la bandera de Colombia que llevará toda la temporada, fue el primero que se fue al suelo. En el video que grabó el aficionado no se ve del todo bien. Sin embargo, parece que una de las ruedas de la bici se resbaló cuando estaba cerca de una valla.
El zipquireño se fue al suelo. El golpe de su cuerpo con el piso levantó polvo. También le rompió la clavícula derecha, lesión que conoce de antemano (la sufrió tres veces antes). El tercer pedalista de la cabeza del pelotón, un Visma Lease a Bike, siguió sin problema. No obstante, otro ciclista que venía atrás se fue al suelo. Los corredores del Ineos –compañeros de Bernal– siguieron sin problema.
Egan, que el lunes expresó su tristeza por la caída, pero al tiempo la tranquilidad de saber que la temporada apenas inicia, ha tomado con buen humor su lesión. Hace poco publicó en redes sociales un video en el que, junto a María Fernanda Motas, su novia, cantan El día de mi suerte de Héctor Lavoe. Volvería a correr en dos o tres meses.
