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Por JHEYNER A. DURANGO HURTADO
Rosangélica Escobar confiesa que cuando quedó en embarazo a los 20 años de edad llegó a pensar que su recorrido en el deporte de alta competencia había llegado a su fin.
“De hecho muchos entrenadores no creían que volvería a ser competitiva, había días de angustia, de preocupación”, expresa la mujer de tez morena.
Sin embargo, respaldada por el padre de la bebé, Diego Palomeque, el hombre más rápido del atletismo en Colombia, Rosangélica encontró el principal amparo para salir adelante y continuar persiguiendo sus metas deportivas.
Seis años después del nacimiento de Celeste, tanto Rosa como Diego se consolidan como dos de los atletas más sobresalientes del país.
“La familia no es algo importante, lo es todo. Tu sueño no tiene fecha de caducidad, respira hondo y vuelve a intentarlo”. Esta es una de las tantas frases que tiene publicadas Diego en su cuenta de Instagram, y en las cuales sale acompañado de su pequeña, quien por ahora asiste a clases de natación y acompaña a su mamá, cuando se puede, a entrenamientos al estadio Alfonso Galvis Duque de atletismo de Medellín.
“Es que es bueno que ella se enamore del deporte desde ya, independientemente del que sea. Este es salud, aleja a las personas de los vicios, crea buenos hábitos, y con el tiempo se puede convertir en un estilo de vida. Además puedes lograr una buena estabilidad económica y, por qué no, dar alegrías y ser fuente de inspiración para otros”, dice Escobar.
Ambos, de 27 de edad, se conocieron hace cerca de 15 años en un certamen de atletismo infantil en esa misma pista de la capital paisa, y desde hace 10 formalizaron su relación.
Ella, natural de Carepa, y él, de Apartadó, han pasado por momentos complicados, no lo ocultan, pero por el amor que se tienen continúan juntos, y soñando en grande. “El deporte nos unió y nos mantiene juntos”, comenta la especialista en los 800 metros.
Recientemente representaron a Colombia en el Mundial de relevos en Chorzów (Polonia). Por una casilla –el equipo de mixtos fue noveno–, Rosangélica se privó de su plaza a los Juegos Olímpicos de Tokio, tiqueye que ya tiene tu pareja.
Hace dos años, en el Mundial de Atletismo en Doha, Palomeque consiguió el boleto a las justas de Japón luego de clasificar a la final de relevos, en la cual terminó cuarto.
“Esa fue una posición histórica. Por un pelito no fueron podio. Y esta vez nosotros quedamos a punto de lograr la clasificación a los Juegos, pero no nos rendimos, seguimos concentrados para optar por ese derecho en los eventos que se avecinan”, asegura la semifondista, quien fue medalla de oro bolivariana, en 800 metros, en Santa Marta-2017.
Esfuerzo con recompensa
En este momento, Palomeque se encuentra en concentración en territorio portugués, mientras que Escobar partió este jueves a Bogotá, donde estará en un campo de entrenamiento de cara al Suramericano en Ecuador a finales de mes, donde intentará obtener la marca para Tokio-2021.
“Es duro la lejanía, y más cuando tienes una niña que ya nos llora y nos expresa para que no la dejemos sola, por fortuna contamos con el apoyo de mi mamá –Ana Rosiri– así como de la tecnología para verla por celular, pues ante tantas concentraciones y viajes es difícil estar con ella, en sí nuestra hija se convierte en un motor para continuar, pues este esfuerzo que hacemos estamos seguros nos seguirá dando recompensas”, indica Escobar, medallista de oro en 800 metros y en relevo 4x400 en los Juegos Nacionales de Bolívar-2019.
Para Palomeque, quien desde hace cinco años es el atleta más rápido del país en 100 metros planos (10,11 segundos), Celeste es su mayor bendición para no desfallecer.
“Ella es mi orgullo, mi más grande logro, la motivación a seguir, el tesoro más preciado, mi regalo más grande. Por ti voy a todo siempre y para siempre”, asegura Diego sobre Celeste, y al mismo tiempo le agradece a Rosangélica la oportunidad de ser padre.
“Cuando estamos con ella aprovechamos el día como si fuera el último, queremos que crezca en valores, que sea una persona de bien. Esos esfuerzos sacrificios que hacemos ahora, el más grandes el de no estar muchas veces juntos, sabemos que luego nos dará grandes frutos. Compartir en el Mundial de Polonia fue uno de ellos, si logramos estar en Olímpicos sería algo único, pero sí no, Celeste y yo estaremos desde aquí haciéndole barra a Diego, pues como dice, desea entregarle más alegrías a Colombia y sabemos que lo puede lograr”, agregó Rosangélica