Después de las varias revelaciones que hizo Teófilo Gutiérrez sobre el por qué de su ausencia en el Mundial de Rusia 2018, en una entrevista con el medio DSports, de nuevo aparece el manto de duda sobre el proceso del técnico José Pekerman y otros escándalos de la Federación Colombiana de Fútbol.
“Yo creo que no fui más que todo por problemas que no me gustaron ahí dentro de la Selección y algunos ya saben. Después ya se volvió eso una fiesta, cualquiera iba a la Selección“, dijo Teo.
Según el futbolista barranquillero, le pidieron dar algo a cambio de su convocatoria. “A mí cuando me dijeron ‘mira, si vas al Mundial de Rusia tienes que hacer esto’. No me gusta que me impongan cosas. Primero yo tengo respeto por el grupo, por mis compañeros, por el país y no voy a ir porque tenga que dar algo o no“, añadió.
Sus revelaciones vuelven a poner en la palestra los motivos de la salida de Pekerman de la Selección Colombia. Cuando se fue el entrenador argentino, la Federación tomó muy mal su desinterés por continuar. Tampoco cayó bien que nunca presentó un informe final de la actuación de Colombia en el Mundial de Rusia. Así mismo, no demostró algún indicio de apartar al empresario Pascual Lezcano del entorno de la selección. En ese momento la Federación condicionó la continuidad de Pekerman a que aceptara el mismo salario y que su representante Pascual Lezcano se alejara de la Tricolor. Sin embargo, el seleccionador terminó saliendo.
Los periodistas colombianos que estuvimos en el Mundial de Rusia observamos que Lezcano fue la sombra de Pekerman. Para donde el técnico iba, él también. En el último encuentro, ante Inglaterra, el representante estuvo sentado al lado de James Rodríguez todo el partido.
Fuentes allegadas a la Federación, que evitaron dar sus nombres por posibles represalias, aseguraron a este diario que Lezcano revisaba la lista de los pasajeros que acompañan al equipo, autorizaba quién se debía subirse o bajarse, que lo mismo sucedía en los hoteles donde se hospedaba la Selección. “Llamaba a los jugadores para notificarles que habían sido convocados. Se sentaba con Pekerman para decidir a quienes convocar y a quienes no”. También aseguraron que era la persona encargada de convocar a las ruedas de prensa y de definir a qué periodistas se les debía dar entrevistas y a cuales no.
Lezcano es agente Fifa y varias transacciones de jugadores, durante el proceso de Pekerman, lucieron sospechosas por utilizar a la
Selección como un trampolín, en casos como el de Fabián Castillo, quien fue convocado antes de ser transferido de la MLS al
Trabzonspor turco; o el del mismo Carlos Carbonero, que apareció en la lista a Brasil 2014 en el último minuto. O en el Mundial de Rusia con Jéfferson Lerma, quien siempre estuvo por encima de Mateus Uribe en las formaciones titulares. Después de ese certamen se dio su llegada a la Premier de Inglaterra, liga que exige a los clubes que los jugadores extranjeros hayan pasado por su Selección para que los puedan vincular.
De esa camada de futbolistas, cada vez fueron más los representados por Lezcano o empresarios allegados a él. En su momento, el técnico antioqueño Pedro Sarmiento, quien fue comentarista en ese Mundial, dijo que Pekerman debería dar claridad sobre ese tema. “Desde 2012 se viene hablando de esto y no es bueno para una Selección. Es muy fácil dar claridad, pero hasta ahora no se ha hecho”.
Lo único que respondió Pekerman al respecto fue que Lezcano era una persona de su entera confianza. Sin embargo la responsabilidad recae en la Federación que le permitió tener ese poder.
Otros pecados de la Federación
Este nuevo capítulo de escándalos de la Federación, se suman a una larga lista a través de los años. El primero que fue acusado de manejos ilegales fue León Londoño Tamayo en 1992, quien tuvo que presentar la renuncia ante la presión externa por el descubrimiento de cuentas de pago no justificadas durante el Mundial de Italia 1990, además de la concesión de un contrato controvertido a un conglomerado económico.
Luego le sucedió a Juan José Bellini, quien fue detenido en 1995 por vínculos con el Cartel de Cali y condenado por los delitos de enriquecimiento ilícito y testaferrato. En 1999 también le abrieron cargos por el Proceso 8000. En 2011 fue dado en libertad.
Álvaro Fina Domínguez tomó las riendas de la Federación en 1996 y el 14 de agosto de 2002 tuvo que dar un paso al costado por haber sido sancionado por la adjudicación de contratos de la Copa América 2002 y por el escándalo que desató unas boletas del Mundial de Francia 1998.
Uno de los más sonados fue el de Luis Bedoya, quien se entregó a la justicia estadounidense en 2015, declarándose culpable por conspiración de soborno y transferencia bancaria. En el mismo caso, un banco israelí confesó haber lavado dinero para él, y para la firma Full Play Group, involucrados en el escándalo de sobornos denominado Fifa Gate, según un informe del departamento de estado de Estados Unidos.
La investigación hablaba del uso de sucursales de ese banco en Miami para procesar transacciones por más de 20 millones de dólares, producto de sobornos.
Así mismo, Bedoya admitió haber hecho parte del entramado de corrupción al recibir sobornos entre 2007 y 2015.
Ahora, bajo la administración de Ramón Jesurún, además de todo el manto de duda que rodea el proceso de Pekerman, también se dio el escándalo de la reventa de boletas en la recta final de las Eliminatorias al Mundial de Rusia 2018, por el que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) le impuso una sanción de más de 18.000 millones de pesos a los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol.
De igual forma, el mismo organismo investigaba la asignación de recursos, contratos, pagos y la operación en general de las ligas femeninas y la Selección Colombia femenina.
Así que las declaraciones de Teófilo Gutiérrez vuelve a poder el dedo en la llaga de una Federación muy cuestionada por los manejos que se han dado por muchos años.