A Luis Marquínez le pasó algo a lo que todos los arqueros le temen: cometió un error “infantil” que llevó a que le marcaran un gol a su equipo.
Corría el minuto 35 del partido entre Pereira y Nacional, válido por la fecha 17 de la Liga Betplay-2 y el lateral izquierdo Álvaro Angulo le devolvió un balón al guardameta nacido en Tumaco, Nariño, que estaba dentro del área. Lo controló y quiso hacer una jugada, en lugar de despejarlo. Era una apuesta arriesgada, pero Marquínez confiaba en que le saldría bien.
Lo ha hecho varias veces. De hecho, el buen juego con sus pies es una de sus características. Sí, eso hace parte del ADN de los arqueros que forma Atlético Nacional. Si no miren a Kevin Mier, compañero del joven Luis en sus primeros pasos como futbolista profesional.
El arquero de 21 año se equivocó. No logró pisar el balón con su pie izquierdo, sino que le rebotó y quedó en el control de Gonzalo Lencina, atacante de Pereira. Este se la pasó a Yuber Quiñones, quien anotó.
De inmediato los jugadores de Nacional arroparon a Marquínez. Se acercaron a él y le dieron “consuelo”. No dejaron que se saliera del partido por quedarse lamentando. Él, que es una persona de mentalidad fuerte, lo consiguió: siguió enfocado y salvó al cuadro antioqueño cuando los pereiranos llegaron con peligro a su arco.
El error fue la gasolina que lo impulsó a dar lo mejor. Por eso lo eligieron mejor jugador del partido. Además, a sus 21 años, demostró una madurez impresionante. “Hay que seguir creciendo. Lo que pasó hoy me convirtió en profesional. En Nacional se necesitan arqueros que a pesar del error no se salgan del partido”, dijo con la serenidad de un veterano.
Luis agregó que la equivocación es una gran maestra de vida y manifestó que es consciente de que los arqueros conviven con eso: son los únicos que pueden lucirse 10 veces y terminar señalados por fallar en una jugada. “Adelante tengo a referentes como David (Ospina) y Chipi (Castillo), que día a día me dicen que del error uno aprende. Hoy me tocó fallar, pero sigo en la búsqueda de crecer, aprender y eso es lo más importante: seguir con mi proyecto de vida. No me voy a echar a morir porque me equivoqué”, concluyó.
Marquínez se ha convertido en una pieza importante para Nacional en lo que va del segundo semestre del 2024. De hecho, pasó de ser el tercer arquero, a pelear palmo a palmo la titularidad con el experimentado David Ospina. Su madurez, la fortaleza mental que mostró cuando estuvo bajo presión, así como su calidad, son muestra de que es arquero de equipo grande y está listo para brillar con el Rey de Copas.
