El éxito del París SG el pasado martes en Anfield, cuando eliminó en penales al Liverpool, uno de los grandes candidatos el título europeo, tiene un nombre: Luis Enrique. Sin grandes estrellas, pero con un equipo muy sólido, el exseleccionador español puede dar al club parisino la anhelada Liga de Campeones.
Fuerte, paciente, luchador, un hombre de fe, así se puede considerar a Luis Enrique, quien tras perder a su hija Xana en agosto de 2019 debido a un cáncer óseo y después de dejar de ser técnico de la Selección de su país tras la eliminación en octavos de final del Mundial de Catar, ha mostrado carácter para salir adelante y ser fuente de inspiración.
Tras lo sucedido con su hija y al mostrar un espíritu guerrero con palabras y hechos, en redes sociales muchos expresan que desean que su PSG se quede con la Champions, en el que muestra un juego exquisito, productivo y ambicioso sin tantas figuras.
“Nuestra hija Xana ha fallecido esta tarde a la edad de nueve años después de luchar durante cinco intensos meses contra un osteosarcoma. Te echaremos mucho de menos, pero te recordaremos cada día de nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volvamos a encontrar. Será la estrella que guíe a nuestra familia”, indicó el orientador en su momento.
“¿Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado? Yo me considero afortunado, muy afortunado. Mi hija Xana vino a vivir con nosotros 9 años maravillosos”, agregó el técnico en un documental de Movistar Plus.
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Y ahora el estratega vuelve a brillar. Es como si su hija, “su estrella”, lo iluminara en el duro desafía que enfrenta con el PSG.
Desde la llegada a la propiedad del club del fondo catarí QSI en 2011, la corona europea se ha convertido en la gran obsesión del equipo parisino y acabar así con el hecho de que su gran rival, el Marsella, sea el único club galo en haber levantado la ‘Orejona’ (1993).
Para ello, el club no escatimó gastos para atraer al Parque de los Príncipes a algunos de los mejores jugadores como Ibrahimovic, Thiago Silva, Edinson Cavani y, más recientemente, Neymar, Messi y Mbappé. Sin éxito hasta ahora.
Pese a estos fichajes y a una sucesión de nombres de prestigio en el banquillo (Ancelotti, Emery, Tuchel, Pochettino...), los fiascos se fueron sucediendo en forma de dolorosas eliminaciones en los cruces, quedando en la memoria para siempre la famosa remontada sufrida ante el Barcelona, cuando el PSG dejó escapar una ventaja de 4-0 lograda en la ida, perdiendo 6-1 en el Camp Nou (2017).
En un intento casi desesperado por cambiar el destino del PSG, su presidente Nasser al-Khelaifi cambió de política deportiva: fuera las grandes estrellas y apostar ciegamente por el proyecto de Luis Enrique, basado en la fortaleza del equipo, la confianza en los jóvenes y el fútbol de toque, que el asturiano lleva en el ADN desde su paso por el Barça y la selección española.
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“Es el mejor entrenador del mundo”, ha repetido en varias ocasiones Al-Khelaifi, seducido por la propuesta del español.
Símbolo de esa confianza casi ciega, Luis Enrique renovó a comienzos de febrero hasta 2027, antes incluso de la eliminatoria de octavos ante el Liverpool.
Dio el golpe en Champions
Frente al líder destacado de la Premier League, primer clasificado de la nueva fase liguilla de la Champions y considerado por muchos el gran favorito al título continental, el PSG de Luis Enrique dio una lección, pese a que el resultado final no lo reflejó del todo.
En la ida, el PSG fue inmensamente superior al Liverpool en el Parque de los Príncipes, pero perdió por la extraordinaria actuación del portero brasileño Alisson Becker y un tanto en el tramo final de Curtis Jones, en el único disparo a puerta de los Reds.
Pese a la derrota, Luis Enrique no se rindió: “Este deporte a veces puede ser injusto, hay que aceptarlo, pero merecíamos mucho más”.
Dicho y hecho. El dominio parisino en el templo inglés no fue tan abrumador, de hecho los locales fueron superiores en muchas fases, pero el PSG igualó la eliminatoria con un tanto de Ousmane Dembélé y en los penales Gigi Donnarumma se convirtió en el héroe al atajar los lanzamientos de Darwin Núñez y Curtis Jones.
Hacía 40 años que un equipo francés no superaba una eliminatoria de Copa de Europa en los penales.
“Es un momento muy especial. Pese a venir con un resultado muy negativo, teníamos confianza” en poder clasificarse, se felicitó Luis Enrique, que destacó que partidos como ese “ayudan a crecer” a un equipo muy joven: la media de edad es de 25 años y cinco de los titulares en Anfield y dos sustitutos tienen 24 años o menos.
“Esto es solo el principio”, añadió el técnico español.
“Hay que darle todo el mérito a Luis Enrique, su trabajo es realmente destacable”, admitió el capitán del Liverpool Virgil Van Dijk.
El exjugador de Marsella, Manchester City y de los ‘Bleus’ Samir Nasri, ahora comentarista en la televisión francesa, se mostró muy confiado ante el futuro europeo del PSG: “Buena suerte para los que se enfrentes a ellos”.
En cuartos será el Aston Villa de Unai Emery y en semifinales podría ser el Barcelona.
“El Barça puede ser mágico en momentos, pero hoy, en términos colectivos, como equipo, el PSG es el mejor equipo”, aseguró Nasri.
Luis Enrique, rodeado de jugadores sedientos de triunfo, se erige como su gran líder. Quizá ya ha perdido mucho, pero es espejo de que cada día es un nuevo comenzar para levantarse ante la adversidad, luchar por los que están, volver a creer y soñar en grande.