Aquel hombre alto, blanco, delgado, de cabello rubio largo siempre bien peinado hacia atrás, que se vestía con pintas que hacían que su apariencia caminara por la cornisa entre parecer un espía, un investigador privado, y un rockero sudamericano setentero, fue un revolucionario.
Sus ideas –adelantadas para su tiempo–, cambiaron la historia del fútbol argentino. Después de ser un futbolista elegante, con buena pegada de media distancia, pero que no tenía una gran capacidad física (cansino, como lo definió el diario El Clarín), César Luis Menotti se convirtió en el entrenador que puso el nombre de la Selección de su país (hasta entonces sin mucho protagonismo internacional, lejos de estas tierras), a sonar por todo el mundo.
Luego de sacar campeón a Huracán –siempre con un cigarrillo en la mano que le daba un aire de intelectual tranquilo, sereno, pensante cuando estaba sentado en el banco; pero que él utilizaba para amainar los nervios, sobrellevar la presión y, de vez en cuando, disfrutar el espectáculo visual que la mezcla entre el orden táctico que exigía y la libertad de le daba a los genios, los talentosos de su equipo para atacar y triturar a los rivales– se convirtió en el técnico de la Selección Argentina.
Fue en 1974. El cuadro albiceleste quedó eliminado de la segunda fase del Mundial que se jugó ese año en Alemania Federal luego de finalizar último en el grupo B, donde estaban Países Bajos, Brasil y Alemania Democrática. Perdieron 4-0 ante Holanda y 1-2 contra Brasil, y empatar 1-1 frente a los alemanes. Solo sumaron un punto.
Tras ese fracaso, David Bracuto, un directivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), vio en el “Flaco” y su manera de ver, vivir, pensar el fútbol, al “ángel” que le devolvería la esencia al seleccionado nacional. César Luis Menotti, con 35 años, debutó como entrenador nacional en septiembre de 1974 enfrentando a la Selección de España (1-1).
Después, su trabajo incansable lo convirtió en un mito. Fue el entrenador que orientó a la Selección Argentina a su primer título mundial en 1978. Lo consiguió en el estadio Monumental de Buenos Aires el 25 de junio. En la final se impuso 3-1 a Países Bajos (doblete de Mario Kempes y otro de Daniel Bertoni). El conjunto dirigido por Menotti le dio a los argentinos una alegría que fue como un bálsamo para la realidad social que vivían bajo la dictadura de Jorge Videla.
Esa felicidad fue la consecuencia de un cambio de mentalidad que implantó en los futbolistas argentinos. En el libro “los 11 poderes del líder”, escrito por el exfutbolista argentino Jorge Baldano, quedó consignada una de las mejores anécdotas que reflejan el carácter del “Flaco”.
Se llevó de gira por Europa a sus jugadores. Lo hizo con la intención de que desnitrificaran a los futbolista europeos. Lo logró. “El fútbol europeo nos intimidaba por su velocidad y fortaleza física. Alemania, desde la misma presencia, confirmaba su leyenda. Nadie decía nada, pero mirábamos aquel espectáculo físico con cierto complejo de inferioridad”, contó uno de los dirigidos por el Flaco.
Entonces uno de ellos le dijo que los Alemanes eran muy fuertes. El entrenador, sereno, respondió: “¿Fuertes? No diga bobadas. Si a cualquiera de esos rubios lo llevamos a la casa donde usted creció, a los tres días lo sacan en camilla. Fuerte usted, que sobrevivió a toda esa pobreza y juega al fútbol diez mil veces mejor que esos tipos”. Después siguió fumándose un cigarrillo, como lo hizo hasta el domingo pasado, cuando murió a los 85 años. ¿Menotti? Eterno.
¿Cuándo serán las honras fúnebres?
De acuerdo con información que dio a conocer la Asociación del Fútbol Argentino en sus redes sociales, el velorio de César Luis Menotti se realizará este martes 7 de mayo en el predio Lionel Andrés Messi que tiene la AFA en Ezeiza. El cuerpo estará expuesto entre las 10 de la mañana y las 5 de la tarde. La ceremonia será íntima para sus familiares, personas allegadas y personalidades del fútbol argentino.