Capitalinos juegan los clásicos más importantes de su historia

Santa Fe y Millos dirimen, desde hoy, la final de la Liga Águila-2 (7:30 p.m.). Es el segundo derbi que define un título en Colombia.

Desde el 27 de junio de 2004, cuando Deportivo Independiente Medellín igualó 0-0 con Atlético Nacional (superándolo por 2-1 en el marcador global y quedándose con el Torneo Apertura de ese año), el fútbol colombiano no tenía un clásico que definiera un título de la liga.

Hoy, desde las 7:30 p.m., Santa Fe y Millonarios arrancarán la disputa del segundo derbi en una final de torneos cortos –modalidad que se implementó en 2002, dando dos campeones por año–, el primero entre ambos en la instancia decisiva del torneo.

La confrontación inicial de esta rivalidad, de manera oficial, se dio el 19 de septiembre de 1948, con victoria para los rojiblancos 5 a 3. El pasado 27 de agosto, en el partido 309 que disputaron entre sí, el elenco cardenal volvió a triunfar sobre el embajador (1-0).

Con toda esta historia encima, este duelo presenta el crecimiento del fútbol en Bogotá respecto al resto de ciudades, evidenciado en la seriedad institucional con las que ambos han venido trabajando.

“No me cabe la menor duda de que las cosas se han hecho bien desde arriba. Los dirigentes han luchado por sostener un proceso en cuanto a jugadores y técnicos”, resalta Luis Augusto “Chiqui” García, otrora entrenador de Millos.

Tanto Enrique Camacho, presidente de Millonarios, como César Pastrana, su homólogo en Santa Fe, han privilegiado el surtirse de sus divisiones inferiores y el sostener la base de sus nóminas (ver módulos anexos).

Además, trajeron dos entrenadores extranjeros que le dan valor agregado a la calidad de los jugadores (ver ‘los técnicos’): Gregorio Pérez, al cuadro cardenal, y Miguel Ángel Russo, al embajador.

“Los dos orientadores que tienen lograron establecer un estilo idóneo para llegar a esta final, ambos se imponen con solidez en defensa y cuentan con ciertas variaciones en ataque”, comenta Jaime De La Pava, timonel del expreso rojo -como también se le llama al equipo capitalino- en 2004.

Aunque los expertos creían que la definición de este segundo semestre iba a tener a Junior –por la inversión de 10 millones de dólares que hizo–, resaltan que esta serie, que se define el domingo (7:00 p.m.) en el estadio El Campín con el duelo de vuelta, será muy pareja y que no se ve un favorito claro.

“En un clásico no importa cómo se llegue ni el historial, siempre es un encuentro aparte y sobre todo ahora que va a ser en final, acá no hay favoritos”, rescata Jhonny Ramírez, quien fue campeón con Millos en el segundo torneo de 2012.

Con estos condimentos, Bogotá se convulsiona con la final de la Liga Águila-2 gracias a dos ejemplos de proyectos bien sostenidos.