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¿Las ha visto? Ellas son el Team Escaladoras, la comunidad de ciclismo femenino más grande de la ciudad

Detrás de cada camiseta morada hay una historia de resistencia, y cientos de mujeres que, a través del ciclismo, nunca más se sintieron solas.

  • El Team Escaladoras y su insigne Jersey Morado en honor a la sororidad y la lucha por la igualdad. Foto: Cortesía Ana Amareto
    El Team Escaladoras y su insigne Jersey Morado en honor a la sororidad y la lucha por la igualdad. Foto: Cortesía Ana Amareto
  • Ana Mareto fundadora del Team Escaladoras. Foto: Cortesía Ana Mareto
    Ana Mareto fundadora del Team Escaladoras. Foto: Cortesía Ana Mareto
hace 2 horas
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En las carreteras de Medellín, una mancha morada, como a ellas mismas les gusta llamarse, se abre paso entre las montañas. No es un simple grupo de ciclistas, es una estampa de resistencia, de esperanza y de amistad.

Ellas son Las Escaladoras, más de 380 mujeres que decidieron que la bicicleta podía ser mucho más que números y competencia.

Ana Mareto fundadora del Team Escaladoras. Foto: Cortesía Ana Mareto
Ana Mareto fundadora del Team Escaladoras. Foto: Cortesía Ana Mareto

La idea nació de Ana Mareto, una ciclista amateur que ama las montañas, el deporte y sentirse viva, pero no sola, sino en comunidad. Ana también es sobreviviente de cáncer de mama, algo que le cambió completamente la vida pero que impulsó un proyecto lleno de amor. En la bicicleta encontró su segunda oportunidad, y en la compañía de otras mujeres, un propósito que cambió todo.

“Yo soy una fiel creyente de que la vida de una mujer cambia cuando se sube a una bicicleta”, dice Ana. Y su historia lo demuestra, del dolor de la enfermedad, construyó un pelotón de vida.

El origen de un sueño

Todo comenzó en julio de 2022, en medio de un aguacero subiendo el Alto de la Unión. Ana bromeaba con su novio sobre lo difícil que era invitar a otras mujeres a rodar, porque no todas pedalean al mismo ritmo. Sin embargo, el sueño de formar una comunidad de mujeres deportistas la trasnochaba.

Así fue como resolvió que la mejor manera de que todas se sintieran incluidas era hacerlo por categorías: Guerreras, Escarabajos y Leñeras. Lo que empezó como un juego terminó en una avalancha. Ana abrió un formulario esperando diez mujeres, y las inscritas fueron casi 300. No solo de Medellín, también de Bogotá. Así nacieron las líderes de ciudad, encargadas de guiar las rodadas y, sobre todo, de asegurarse de que ninguna se quedara atrás.

“En Escaladoras no competimos, nos acompañamos”, resume Ana. Y esa frase se convirtió en la brújula del grupo. Hoy, la comunidad se expande por Medellín, Bogotá, Cali, Yopal, Doradal y hasta Miami y Aruba. Ellas mismas se hacen llamar “la mancha morada”, porque cuando ruedan juntas son imposibles de ignorar: “Somos la mancha morada que toca corazones, que inspira y que nunca se rinde”, dicen con orgullo.

El proyecto trascendió la bicicleta, y como soñó Ana en algún momento se convirtió en una verdadera comunidad. Este grupo de mujeres no solo ruedan, tienen una red de apoyo completa e incluso un grupo de whatsapp llamado “Wiki Escaladoras”, un chat que funciona como un salvavidas cotidiano. Allí se consigue desde un plomero en la madrugada hasta compañía para superar una crisis. “Es la mejor red de relacionamiento femenino en Colombia”, asegura Ana.

Para muchas, también ha sido un refugio emocional. Adriana Molina, líder en Bogotá, lo cuenta con honestidad: “Hace un año tuve un diagnóstico de depresión y ansiedad. Ver a las chicas rodar mientras yo no podía me dolía mucho. Pero el grupo me sostuvo, me acompañó y me recordó que no estaba sola”.

Pedalear contra el miedo

En los relatos de estas ciclistas siempre aparece el mismo fantasma: el acoso y la inseguridad. Catalina Atehortua lo vivió en carne propia cuando unos hombres en moto la siguieron mientras la acosaban verbalmente. “Desde ese día no volví a salir sola. Encontré en Escaladoras la seguridad que necesitaba para seguir montando”, recuerda.

El de Catalina no es un caso aislado. Según encuestas internas, 8 de cada 10 mujeres del grupo han sufrido acoso en las vías. Por eso, pedalear en manada no es solo amistad: es también defensa, libertad y resistencia, especialmente de no tener que abandonar el deporte que amas por miedo.

Más allá de los kilómetros, Las Escaladoras se convirtieron en una familia. No es raro que las rodadas terminen en desayunos, en cumpleaños celebrados colectivamente o en escenas memorables como la despedida de soltera de Catalina, convertida en un desfile de bicicletas y risas.

“Lo más bonito es el respeto por el proceso del otro”, cuenta ella. “Aquí no se obliga a nadie a ir más rápido, solo se anima a creer que sí se puede. A veces los límites están más en la cabeza que en las piernas, y aquí te lo recuerdan”.

Lucía Henao, ciclista experimentada, lo confirma: “Llevaba muchísimos años montando sola. Con Escaladoras encontré algo que nunca había tenido: un grupo de mujeres que me entienden, me cuidan y me empujan a creer más en mí”.

La comunidad no solo inspira, también enseña. Las Escaladoras crearon un blog donde comparten tips prácticos que han hecho más fácil y seguro el pedaleo femenino. “Cómo encontrar tu talla de bicicleta: una guía amorosa” o “Consejos para superar el miedo a caerse en la bicicleta”, son algunos de los contenidos que construyen como comunidad.

Un símbolo que late en el pecho

El logo de Las Escaladoras tiene la silueta de un seno, homenaje a la lucha contra el cáncer de mama y al propio proceso de Ana. Cada octubre, ese símbolo se materializa en el evento “Palmas se viste de rosa”, una rodada al icónico Alto de Palmas en Medellín que busca visibilizar la enfermedad y acompañar a quienes la enfrentan. Este año el evento se realizará el 19 de octubre y el Team Escaladoras estará más que presente en honor a todas las mujeres.

“Para mí, esto es mucho más que un grupo de ciclismo”, dice Ana. “Es la muestra de que de una experiencia dura puede nacer algo poderoso. Somos escaladoras, no solo de montañas, sino de la vida”.

Con más de 300 mujeres en Colombia y embajadoras en otros países, Las Escaladoras siguen creciendo como un pelotón imparable. Su mensaje es claro, “rodamos por nosotras, por las que vienen y por las que aún duda. Esto no es solo deporte: es libertad, es amor propio, es comunidad”.

La mancha morada avanza, y cada pedaleo suyo deja huella en las montañas y en la vida. Porque juntas entendieron que la bicicleta no es solo ruedas: es un acto de amor propio compartido en el que todas se pueden sentir seguras haciendo el deporte que aman.

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