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El milagro se cumplió: Egan Bernal logró el bicampeonato en los nacionales de ruta de Colombia 2025

El ciclista se quedó con la prueba de fondo de los Nacionales de ciclismo de ruta que se realizaron en Bucaramanga.

  • El ciclista colombiano Egan Bernal, del Ineos Grenadiers, se convirtió en el tercer criollo que gana la crono y la prueba de fondo de los nacionales en el mismo año. FOTO: CORTESÍA FEDECICLISMO
    El ciclista colombiano Egan Bernal, del Ineos Grenadiers, se convirtió en el tercer criollo que gana la crono y la prueba de fondo de los nacionales en el mismo año. FOTO: CORTESÍA FEDECICLISMO
09 de febrero de 2025
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Los milagros se cumplen para los que nunca dejan de creer. Hace tres años y 17 días estuvo cerca de morir tras chocarse, a más de 60 kilómetros por hora, contra un bus que estaba detenido en una vía de Cundinamarca. De haber acelerado un poco más, el golpe en la cabeza hubiera sido letal. Unos centímetros menos en la espalda y el impacto le habría quitado la posibilidad de caminar de nuevo.

Pero bien dicen los sabios: no hay nadie que escape de su destino y Egan Bernal nació para quedar en la historia del ciclismo colombiano. Este domingo, en Bucaramanga, volvió a sonreír como antes. También lloró, pero de alegría. Consciente de que su familia lo esperaba en la meta de la prueba de fondo de los Nacionales de Ruta, aceleró cuando faltaban siete kilómetros, dejó atrás a Diego Camargo, del Team Medellín, segundo a 2:16.

Egan, con el uniforme lleno de manchas blancas de la sal que suelta el cuerpo cuando está al límite de la deshidratación, apretó el paso. En medio de la gente, que le daba vítores de vida, miraba hacia atrás y veía cada vez más lejos a su rival. Se supo ganador y aceleró de nuevo, como un loco desbocado, hambriento de gloria. Faltando dos kilómetros para llegar a meta empezó a saborear el éxito: se puso derecho, se cerró el jersey para quedar impoluto en la foto y siguió pedalenado.

Empezó a sonreír. A pesar del sufrimiento de más de más de 5 horas pedaleando bajo el calor y humedad de Bucaramanga. Aún cuando le faltaba una, dos, tres curvas para ver el letrero que le indicaba el final de la competencia, se veía feliz. Antes de pasar la bandera de cuadros se persignó. Después se tomó la cabeza, como quien no cree lo que está viviendo o pensó que nunca le volvería a pasar.

Cruzó moviendo las manos. Ya era el campeón nacional de ruta. Tenía segura la camiseta con el pabellón nacional durante una temporada en la que se espera que corra el Tour de Francia, que vuelva a ser el líder de Ineos Grenadiers en las grandes. Pero no solo llevará el pendón tricolor en las pruebas de fondo. También en las crono. Sí: Bernal también ganó la prueba de contrarreloj individual el jueves pasado.

Con eso se convirtió en el tercer criollo que logra, en un año, quedarse con el oro en ambas pruebas. Antes lo hicieron Luis Alberto González (1994) e Israel Ochoa (2004). Llegó a donde su mamá, que después de su accidente, tuvo un cáncer de seno que superó. Besó a Mafe Motas, la novia que lo acompañó en su proceso de recuperación. Luego se encontró con su hermano, quien llorando, lo persignó: la vida se impuso a la muerte. Egan se volvió el hombre esperanza.

La recuperación fue difícil

Tanto sentimiento, semejante emoción fue porque a Egan Bernal la recuperación le costó. Volver a caminar fue difícil, doloroso. Subir un leve repecho en bicicleta era una tortura. Pedalear con buena velocidad le resultaba imposible a quien supo ser campeón del Tour de Francia y el Giro de Italia.

Volvió a correr, pero encontrar el ritmo fue complicado: una, dos, tres caídas y miedo, mucho miedo en la cabeza del hombre que parecía poder lograrlo todo. Sin embargo, no dio el brazo a torcer: aprendió que, muchas veces en la vida, es mejor ir lento, pero seguro. Se quitó la presión de encima. Duró dos años simplemente montando, tratando de quitarse los dolores que lo aquejaban.

En 2024 pareció regresar. Decía que el cuerpo aún no le respondía como antes, pero se mostraba con piernas fuertes, capaz de subir cualquier loma. Una medalla de bronce en los Nacionales de Ruta fueron el presagio de un buen año. Lo tuvo. Sin embargo, finalizando la temporada, en Ineos le pidieron que no hiciera actividad deportiva alguna, que se cuidara para que la molestia que lo aquejó en su espalda, desapareciera.

Así fue. Llegó a los Nacionales hecho un toro. Fue favorito y no le pesó. Ganó. Como escribió Ineos en su cuenta de X (antes Twiter): “Él siempre supo que volvería a tener sus manos en el aire”. El triunfo de Egan Bernal en los nacionales fue increíble, emocionante. El milagro, para el hombre que no dejó de creer, se cumplió.

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