Michael Woods (Education First), exatleta de medio fondo, apeló a su astucia y poder rematador para apuntarse ayer la séptima etapa de la Vuelta a España.
Durante el recorrido de 159,7 kilómetros entre Vitoria-Gasteiz y Villanueva de Valdegovía, el ciclista de 34 años, culminó su segunda victoria en la Vuelta con un ataque a un km de meta que dejó plantados a sus compañeros de escapada: Omar Fraile (Astana) y Alejandro Valverde (Movistar), que entraron a 4 segundos, y los franceses Nans Peter (Ag2r) y Guillaume Martin (Cofidis), que cruzaron la meta a 8.
El corredor nacido en Ottawa y quien sería la segunda baza del equipo junto al colombiano Daniel Martínez, atribuyó su triunfo a “tener mas piernas y un poquito de suerte para ganar”.
“No pensaba seguir en la fuga, pero era un grupo tan grande que decidí ir hacia adelante”, dijo Woods, que ya había ganado una fracción en la edición de 2018.
Fugas y control del Ineos
La etapa salió con la salud intacta de los 163 ciclistas que aún quedan en la Vuelta. Todos los test de PCR, tomados el día de descanso, dieron negativo y le devolvieron la tranquilidad al pelotón.
Desde el banderazo de salida la etapa se volvió loca con múltiples intentos de fuga que no siempre tuvieron permiso del Ineos de Carapaz.
La escuadra británica tuvo por delante una tropa de más de 30 corredores, entre ellos rivales peligrosos como Valverde, por eso les tocó trabajar en bloque en defensa de la roja, sin más respaldo que sus propias fuerzas.
El susto para Carapaz se disipó a 35 km de meta, cuando la fuga volvió a juntarse y el pelotón circulaba a poco más de un minuto.
Movistar insistió, pero fue Woods quien rompió el orden para quedarse con la victoria. A 1.55 arribó el pelotón donde Carapaz solo contaba con el soporte de Andrey Amador.
Pese a los insistentes ataques, el líder afirmó que su equipo tuvo “la situación bajo control. De cara al final sabíamos que no era tan peligroso”.
Esteban Chaves (Mitchelton-Scott) sigue siendo el mejor representante nacional en la Vuelta reteniendo el octavo lugar en la clasificación general a 2.02 de Carapaz. Aunque ayer no tuvo un rol protagónico, el bogotano destacó el trabajo de su equipo para tener a Mikel Nieve en la fuga.
“Fue una etapa muy rápida y hemos logrado meter a alguien como Mikel en la escapada y eso a todo el equipo le dio un toque de tranquilidad”, agradeció.
Pocas opciones
La octava fracción de 164 km, estrena final con una dura y exigente llegada al alto de Moncalvillo, con rampas de hasta el 15 % en la que los llamados a aparecer serán los ciclistas que pelean por la roja.
Para el entrenador Luis Fernando Saldarriaga, Chaves es el escarabajo con el mejor perfil para disputar la fracción; no obstante, su condición de favorito en la general, evitaría que saliera por el triunfo.
“Es complicado que los colombianos peleen la etapa porque la general aún está apretada atrás. El que tiene nivel para hacerlo es Chaves, pero por ser favorito no lo van mover. Tendría que ser un corredor de atrás de la fuga que logre sostenerse en la subida”, explicó el entrenador.