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Médico de Egan Bernal aclara que “solo Dios sabe cuándo volverá a competir”

Así afirma Gustavo Adolfo Uriza, uno de los médicos que recuperó al corredor colombiano, a quien considera “un súper humano”.

  • Egan Bernal, de 25 años de edad, da muestras de su fortaleza física y mental. Su deseo es volver a competir, y para ello trabaja con paciencia para lograrlo. Yá está de vuelta en Mónaco. FOTO AFP
    Egan Bernal, de 25 años de edad, da muestras de su fortaleza física y mental. Su deseo es volver a competir, y para ello trabaja con paciencia para lograrlo. Yá está de vuelta en Mónaco. FOTO AFP
  • Médico de Egan Bernal aclara que “solo Dios sabe cuándo volverá a competir”
29 de abril de 2022
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Gustavo Adolfo Uriza Sinisterra, neurocirujano de profesión y rockero por pasión, es uno de los ángeles que tiene con vida a Egan Bernal.

Él, junto a un grupo de profesionales de la Clínica de la Universidad de La Sabana, contribuyó a la acelerada recuperación del pedalista colombiano, quien el pasado 24 de enero, mientras entrenaba por carreteras de Cundinamarca, sufrió un grave accidente en el que estuvo a punto de morir.

Esta semana, durante un conversatorio virtual, Uriza llamó la atención al expresar que Bernal, a quien le debieron hacer varias cirugías en la columna, la pierna derecha y mano para corregirle 20 fracturas, podría volver a competencias a finales de mayo.

En charla con EL COLOMBIANO, el experto en cirugía de columna explicó bien lo que quiso decir sobre la recuperación de Egan. Habló del proceso de rehabilitación vivido con el deportista, de las expectativas que hay para volverlo a ver al más alto nivel y del trabajo silencioso que se hace desde un centro hospitalario, más allá de la persona que sea, con el fin de velar por la salud de cada paciente.

Oiga doctor, usted ya se volvió famoso como Egan...

“No, pues cómo, Dios me libre. Los médicos tenemos que tener un perfil más bajito”.

Ni tan bajito, porque viéndolo en su foto de perfil con guitarra eléctrica en mano, se ve que toca bastante...

“(Risas) Así es, me encanta, un gusto similar al de Egan, un chino que es un bacán, ese ‘pelao’ es una berraquera”.

Hablando de Bernal, ¿qué fue lo primero que pensó de él cuando lo vio llegar al hospital en esas difíciles condiciones?

“Jumm, recuerdo que dije: ‘Dios mío, pobrecito, cómo sería el golpe que se dio para que esté de esa manera’. Luego, como lo hago con cualquier paciente con traumas, fue correr para ver cómo lo mejorábamos, buscando salvar lo que se tenga que salvar”.

Y le salvaron la vida, de hecho el corredor puede caminar, ahora hasta monta en bicicleta, algo sorprendente, milagroso...

“Sí, obviamente fue el resultado de un trabajo multidisciplinario, de gente dedicada. A mí me tocaba liderar la parte de la columna, pero hubo cirujanos generales, ortopedistas, maxilofaciales, de mano, doctores de unidad de cuidados intensivos, internistas, terapeutas respiratorios, físicos, ocupacionales, enfermeras... todo un equipo humano se movilizó, pero hay que resaltar algo, se movilizaron como se hace con cada uno de nuestros pacientes, a todos los atendemos con el mismo grado de dedicación y empatía. No se atendió así porque es Egan, nada de eso, en esta institución básicamente nuestros pacientes son de EPS y a todos se les brinda la misma atención”.

Al ver a Egan ya en bicicleta, ¿sí fue tan grave su lesión de columna?

“Hay partes que son reserva de la historia clínica del paciente, pero su lesión sí era muy grave y hay un porcentaje alto de personas que pueden perder la marcha (no poder caminar). Lo que hicimos fue preservar esa función con toda la tecnología disponible y planificar la manera de reconstruir su columna para que quedara lo mejor funcional posible y esos objetivos se lograron”.

¿Había tenido un paciente similar a Bernal?

“Egan es un fuera de serie, tiene un poder mental impresionante, pero también una parte física y biológica sorprendentes, no solo fruto del entrenamiento sino de su genética. Es muy particular ver a alguien que se recupere tan rápido después de lesiones tan graves”.

¿Para usted quién es Egan?

“El súper humano que representa lo mejor de todos los colombianos. Además de su parte mental, es un muchacho bien criado, con buenos valores, es un joven echado para adelante, que piensa en superarse por sí mismo y por su familia, educado, inteligente, trabajador y, a pesar de su juventud, tiene claro lo que quiere. Es ejemplo”.

En ese periodo que estuvo con el corredor, ¿qué aprendió de él?

“Muchas cosas, entre ellas escuchar al paciente en sus deseos. Me decía que ya estaba listo para hacer rodillos, para salir a carrera, que la espalda no le dolía... En ese sentido los médicos tendemos a ser dominantes en el manejo de los pacientes porque estamos cuidando su estado de salud. Además, me llamó la atención, más allá del dolor que estaba sintiendo, su capacidad para ser líder. Siempre mostró positivismo más allá de los momentos de desesperación y angustia, decía: ‘¿vamos para adelante’”.

Usted fue tendencia al decir que Egan podrá competir a partir del 24 de mayo, ¿no es muy prematuro esto tras las lesiones que tuvo?

“¡Qué buena pregunta! Hay que hacer claridad. Esa frase la sacaron de un conversatorio que tuvimos en la Academia de Medicina y en ese momento, lleno de euforia pues, estábamos comunicando que los resultados de esos exámenes eran positivos y que le daba de alta para que a partir de ahora se hicieran a cargo de él sus médicos y la gente de su equipo, quienes al final son los que toman la decisión de que pueda correr”.

¿Se descontextualizó lo que se estaba hablando?

“La frase se salió un poquito de contexto. Obviamente no soy portavoz del Ineos ni de la clínica donde trabajo ni tengo que expresar temas sobre el pronóstico oficial o funcional de mi paciente. Lo que pasa es que ya lo había dialogado con el médico de su equipo, que desde el 24 de mayo Egan, y tras las evaluaciones en Europa, seguramente podrá ponerse sobre pedales para entrenar con miras a volver a competencias. ¿Cuándo y dónde podrá a volver a competir? Eso solamente lo sabe Dios y en su momento, de acuerdo con la evolución, las personas que toman las decisiones en su equipo. Estamos ante lesiones que se curan entre tres y seis meses y hasta ahora se va por el tercer mes. Como todo en la vida hay que tener calma y mesura”

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