En la cima del Mont-Ventoux, el “monte ventoso”, Arnaud Demare se enamoró del ciclismo en 2001. Entonces, viajaba con su madre y su hermana Helene y pasaban los días yendo a la playa y comiendo fruta en la Provenza, mientras su padre subía y bajaba de la montaña para observar a los ciclistas. Un día, la mamá le dijo: “Arnaud, iremos con tu hermana a la cima del Mont-Ventoux, para ver a las chicas que participan en el Tour de Francia femenino”.
Salieron de Sault, el lado más fácil para lograr la cuesta. “Nos fuimos despacio, siguiendo la regla de parar cada treinta minutos, para comer y beber. Fue muy bueno porque no nos sentimos cansados”, cuenta Arnaud, quien en 2001 apenas tenía 11 años de edad.
En la cima, muchas personas se le acercaban para preguntarle “¿En serio has subido tu solo en bicicleta?”, y él simplemente se reía, tímido, mientras su madre le acariciaba la cabeza. Se sentaron en el pasto y comieron sánduches, hasta que vieron pasar a las punteras. Allí iba Joane Somarriba, la gran escaladora española, y Arnaud la saludó. “Es increíble pensar en eso ahora. Me enamoré del ciclismo en la montaña, y viendo a las chicas, ahora soy velocista”, cuenta el campeón de la maglia ciclamino del Giro en 2021.
En 2016, en la Milán – San Remo, Demare conquistó a su esposa, Morgan Hautecloche. La había conocido en 2011, durante el Mundial de Ciclismo de Dinamarca, cuando ganó el oro en la ruta Sub 23. En esa Milán – San Remo, y con Morgan apoyándolo, Demare coronó una de sus primeras carreras World Tour, venciendo a rivales como Ben Swift, del Sky, Jurgen Roelandts, del Lotto, Nacer Bouhanni, del Cofidis y Greg Van Avermaet, del BMC. Ese día Fernando Gaviria terminó en la casilla 79.