viernes
7 y 9
7 y 9
Desde hace 10 años Amalia López Valencia convirtió la bicicleta en parte fundamental de su vida, no solo para hacer deporte, sino para conseguir amigos, disfrutar de los paisajes, llegar a su trabajo y compartir con su familia y su novio, una pasión que ya se quedó en ella.
Lo que inició como una alternativa tras el ultimátum que le dio su médico porque las molestias en sus piernas eran constantes (dolor en sus talones y tendinitis), pasó a ser un estilo de vida, en el que pudo encontrar cosas que le gustan y disfruta al máximo.
“Al principio no había tanto boom como lo ahora en el ciclismo femenino, entonces me tocaba salir sola o con mi papá (Álvaro López) y mi hermano (Daniel). Luego se creció el grupo de amigos y personas que empezamos a disfrutar de todo lo que trae el rodar: buenos lugares para comer, paisajes hermosos y, lo mejor, retarse siempre para seguir mejorando”, menciona Amalia, quien se ha convertido en una de las habituales corredoras de los Miércoles de Clásico EL COLOMBIANO.
“Es una cita que separo en la agenda, cada semana siempre planeó todas mis actividades tratando de dejar el espacio, pues allí me encuentro con amigos y personas que se convierten en motivación y le dan mayor emoción al entrenamiento. Retarse con otros, ver los progresos de los demás y los propios es muy satisfactorio, así sea desde la virtualidad”, sostiene la corredora que anoche disputaba su cuarta cita con el evento.
A los seis días de entrenamiento, en los que combina trabajos de fortalecimiento, yoga y estiramientos, Amalia le suma el Clásico EC, que también cumplió de manera presencial en las ediciones de 2016, 2018 y 2019.
López sostiene que guarda buenos recuerdos de esas competencias, no solo por la exigencia de los recorridos sino por la gran participación, lo que le permite seguir conociendo más corredores y aumentando el circulo de ruteros para las salidas de los fines de semana.
“Ahora, por la pandemia, no hemos podido salir como de costumbre y por eso estas carreras virtuales se han convertido en la mejor manera de seguir disfrutando de lo que amamos. Ya nos hemos acostumbrado a los desafíos que traen este tipo de pruebas y son una gran alternativa mientras podemos regresar a las vías de forma segura”, argumenta la deportista.
“En el Clásico EL COLOMBIANO ya he estado en tres rutas anteriores, al principio la participación no era tan masiva como ahora, y eso hace que te exijas cada día más”.
Amalia confía en seguir sus aventuras en bicicletas, por ahora de manera virtual, mientras puede retomar las trochas, las carreteras y los caminos que recorre cada semana con los amigos que aman este deporte.