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45 años cantando Había una vez una iguana...

En la celebración de los 70 años de Codiscos, la disquera reeditó el álbum infantil Los Canticuentos.

  • 45 años cantando Había una vez una iguana...
03 de diciembre de 2020
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La historia de la iguana que tomaba café a la hora del té nació justo a las orillas del río Magdalena, al mediodía, en medio de un sofocante calor.

La imagen de un niño sentado en la playa que observaba el paso de una iguana se quedó en la memoria de la estadounidense Marlore Anwandter, que aún hoy no sabe por qué pensó que la iguana tenía frío y debía tomar café y usar una ruana de lana.

“Cuando conocí Colombia me pareció que este mágico país era un inmenso libro abierto, que muestra en sus páginas su exuberante y audaz naturaleza, con hojas verdes, fragantes frutas y flores, animales salvajes e imponentes, como también curiosos y alegres animalitos que le dan vida y sonido a este maravilloso cuento colombiano”, dice, al señalar que naturaleza “la sopló y la arropó”.

Marlore es la creativa detrás del álbum infantil más emblemático de Colombia, Los Canticuentos, cuya primera edición se prensó en 1975 en los estudios de grabación de Codiscos, empresa que para conmemorar sus 70 años de fundación decidió reeditarlo con una presentación de lujo, con 24 canciones en sus versiones originales, con la misma carátula con la que circuló hace 45 años.

El génesis

La historia detrás de estas canciones la tiene muy clara Fernando López, vicepresidente de contenidos infantiles de Codiscos, que vivió de cerca todo el proceso de producción de canciones como El Trencito Cañero, La Bruja Loca, El Oso Hormiguero y otras 13 más que integraron el álbum que salió al mercado en acetato en el formato LP (Long Play) y del que se hicieron 5 ediciones y adaptaciones.

“Marlore llegó a Colombia, desde Chile, porque a su esposo lo habían trasladado a trabajar en Bogotá. Eran muy aficionados a la equitación y en una escuela conocieron a Roberto Rico y a su familia, con quien compartieron las pasiones por los caballos y la música infantil”, recuerda López.

La creadora compara la historia de Los Canticuentos con el tradicional sonido del Toc Toc, de su canción El Pájaro Carpintero. “Llegué a Codiscos tocando la puerta”.

El Vicepresidente de contenidos infantiles cuenta que fue Álvaro Arango Gaviria, director de la empresa, el primero que escuchó los temas grabados artesanalmente en un cassette, “quedó flechado y ordenó hacerle contrato y comenzar a grabar”.

López recuerda que a las grabaciones llegaron desde Bogotá, en 3 pequeños carros, los clanes de Marlore y de Rico. “Fueron en total 12 niños, todos familiares, los que grabaron”.

El experto dice que el secreto de Los Canticuentos es que son “canciones sencillas, pegajosas y de niños para niños”.

No solo con Samy y el heladero o Mi Tía Clementina tres generaciones disfrutaron de sus fiestas de cumpleaños, sino que muchos aprendieron a la leer y a sumar con La Ronda de las vocales y las Cantimultiplicaciones .

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