Antes de Voldemort estaba Grindelwald (Mads Mikkelsen), un mago que creía en la superioridad del mundo mágico sobre los muggles (humanos sin poderes) y la necesidad de dominarlos. La saga de precuelas de Harry Potter, Animales Fantásticos, ha contado en sus dos primeras entregas cómo Grindelwald escapa de su prisión y vuelve a tratar de conseguir su objetivo. En la tercera película, Los secretos de Dumbledore, se dará el enfrentamiento final. Pero no será Dumbledore (Jude Law) quien dé la estocada.
Durante las siete películas de Harry Potter, Dumbledore fue el guía sabio que pavimentó el camino para que los tres amigos pudieran derrocar a Voldemort. En la saga se empiezan a ver sus sombras, pero en Animales Fantásticos se revela finalmente la verdad. Dumbledore alguna vez fue tan oscuro como su compañero Grindelwald y juró ser su aliado en la juventud.
Si antes el universo de Harry Potter había ayudado a sus jóvenes seguidores a tener menos prejuicios sobre las minorías (como lo mostró un estudio publicado en el Journal of Applied Social Psychology en 2014), ahora la propuesta de los guionistas J.K. Rowling y Steve Kloves, “trata sobre la lealtad y la lealtad equivocada; y también de la capacidad de corregir los errores del pasado y seguir adelante”, como lo explica el productor David Heyman.
Una historia aleccionadora
Con el viaje del personaje de Dumbledore se habla de cómo se pueden resarcir los errores, por más graves que sean, y la posibilidad de tener segundas oportunidades.
Algo que la opinión pública no está muy decidida a dar a dos personajes polémicos alrededor de la saga, Johnny Depp, quien no continuó con su papel de Grindelwald por problemas personales, y a la misma J.K. Rowling, que ha tenido opiniones desafortunadas sobre las mujeres transexuales, seguidas de una amplia sanción social en redes.
Dumbledore enfrenta su pasado, trata de amortiguar las consecuencias de sus errores y acude al magizoólogo Newt Scamander (Eddie Redmayne), a los aurores Theseus Scamander (Callum Turner) y “Tina” Goldstein (Katherine Waterston), y al muggle Jacob Kowalski (Dan Fogler) para frenar a Grindelwald, que esta vez no actúa al margen de la ley, sino dentro del sistema, manipulándolo a su antojo, lo que le hace aún más peligroso.
Grindelwald ha logrado armar un séquito que incluye a la pareja de Jacob y hermana de Tina, Queenie Goldstein (Alison Sudol). Otro conflicto familiar que se dimensiona en la película está entre los Dumbledore, pues aparece el hermano menor, Aberforth (Richard Coyle), y en la cinta anterior se supo que la verdadera identidad de Credence (Ezra Miller) es Aurelius Dumbledore
