“La cultura es definitiva para la transformación de cualquier ser humano. Es decir, queremos transformar las mentes de toda nuestra gente. Hay que cambiar eso a través de la sensibilidad, de esos imaginarios de violencia que han llevado a que estás personas se encuentren en estos estados de reclusión. Hay que llevarles el arte para que les permita desarrollar esa sensibilidad”, expresó el viceministro de las Artes, y la Economía Cultural y Creativa, Jorge Ignacio Zorro.
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Cultura para la libertad nace de la alianza entre los Ministerios de las Culturas, las Artes y los Saberes, de Justicia y del Derecho, y así como del INPEC y el ICBF, iniciativa con la que el año pasado se atendió a 1.500 personas privadas de la libertad y este año, bajo la sombrilla del programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz, se espera llegar a cinco mil.
La subdirectora de educación del INPEC, Nataly Rincón Tovar, explicó cómo este último programa ha incidido en la población beneficiaria. “Fue un cambio significativo, drástico, porque aquellas orquestas que eran empíricas, el Ministerio de las Culturas las ayudó a empoderarse. Empezó un trabajo de afinación, de mantenimiento de instrumentos, pero, sobre todo, de modificar el pensamiento del privado de la libertad, potencializaron esa habilidad de ser músicos y empezaron a posicionar que el músico es profesional y puede vivir de ello”.
Así mismo, el programa presidencial ha cobijado a 21 madres acompañantes y 25 madres gestantes privadas de la libertad, mediante laboratorios de creación artística y musical para la primera infancia, así como con el fortalecimiento de espacios para la práctica artística y musical en la perspectiva de derechos culturales.
Daniela Montero, interna de la cárcel el Buen Pastor, y quien fue una de las internas que participó de la actividad, dejó un contundente mensaje a quienes viven en libertad. “Que no nos juzguen por estar acá, porque todos somos humanos y cometemos errores. Y nosotras somos muy valientes al asumir muchos obstáculos que nos pasan, y estos nos fortalece a nosotras como personas y nos brinda herramientas para salir y afrontar el mundo”.
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La idea es seguir llevando este tipo de oferta artística a los diversos centros penitenciarios, como parte de la mayor apuesta cultural del Gobierno del Cambio, al llegar a los 32 departamentos del país, priorizando los municipios más afectados por el conflicto armado.