Si Javier Milei tiene una seguidora en Colombia, esa es Vicky Dávila, y no solo en redes sociales. La reconocida periodista, ahora candidata a la presidencia, ha manifestado abiertamente su admiración por el presidente argentino, a quien ha dedicado numerosos mensajes en su frenética red social, donde más de cuatro millones de seguidores la aplauden o abuchean.
Tras meses de especulaciones, giras ambiguas e insinuaciones, Dávila confirmó su renuncia a la dirección de la Revista Semana para lanzarse a la contienda electoral.
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Su discurso, centrado en una crítica feroz a la izquierda y a los políticos tradicionales de derecha, refleja similitudes notables con la retórica antisistema que llevó a Milei a la Casa Rosada.
Al igual que el mandatario argentino, Dávila promete romper con la “casta política” y la burocracia, apoderada de banderas de sensatez.
“Javier Milei es el nuevo presidente de Argentina. El candidato de la LIBERTAD derrotó a la izquierda corrupta de Sergio Massa. Argentina toma otro rumbo y América Latina empieza a despertar”, escribió Dávila en noviembre pasado, tras la victoria de Milei.
Desde entonces, ha elogiado públicamente su gestión, lo que muchos interpretan como una declaración de principios sobre su propio enfoque político. “Siempre seré periodista”, ha insistido, dejando claro que su campaña se basará en su trayectoria como voz crítica y no como parte de la clase política tradicional. “Yo no quiero aprender a hacer política”, escribió recientemente en redes sociales.
Tanto Milei como Dávila se presentan como outsiders que prometen limpiar las instituciones y acabar con la burocracia y el clientelismo. Ambos centran su discurso en la denuncia de la corrupción y la ineficiencia gubernamental, temas que resuenan en países como Argentina y Colombia, golpeados por escándalos, desigualdad y pobreza.
Esta narrativa antisistema, que impulsó a Milei al poder, parece ser la estrategia que Dávila busca replicar para captar el apoyo de los sectores desencantados con la política tradicional y los decepcionados con el actual Gobierno.
Que la bugueña esté acogiendo el discurso de Milei no es una novedad, prueba de ello son los incontables mensajes en redes sociales que así lo demuestran.“La señora @VickyDavilaH quiere ser la Milei colombiana, decir que no es política, pero ya es política porque es candidata (...) Al menos Milei es economista”, escribió un usuario de X.
Sin embargo, hay expertos políticos, como el profesor Carlos Pietro, que tienen una lectura particular sobre las similitudes en los discursos. En el caso de Milei, se trata de un mensaje auténtico, alineado con su formación como economista. En cambio, el de Vicky Dávila no sería más que una efervescencia coyuntural.
“El tono del discurso sí es parecido al de Javier Milei, pero hay una diferencia de fondo: el discurso de Milei corresponde a su personalidad; él siempre ha sido así y, desde su formación profesional como economista, tenía las bases para decir lo que decía. En el caso de Vicky Dávila, hace apenas un mes era directora de un medio de comunicación, y su profesión siempre ha sido el periodismo. Por lo tanto, no es auténtico que ahora enarbole unas banderas que no son suyas,” afirmó el profesor Pietro.
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En todo caso, las similitudes siguen saltando a la vista. Como el tono directo y polarizante de ambos. Milei es conocido por su estilo vehemente y confrontacional, atacando a sus opositores y medios tradicionales sin reservas. Dávila, por su parte, ha mantenido un enfoque similar en sus intervenciones públicas, criticando a la clase política y abordando temas controversiales con un lenguaje claro y provocador. Este estilo, aunque genera división, apela a una audiencia que busca un cambio radical en la manera de hacer política.
Una de las mayores coincidencias entre ambos es su abierta oposición a los gobiernos de izquierda. La comunicadora ha sido una crítica constante del presidente Gustavo Petro, y entonces como directora de la Revista Semana le dedicó múltiples portadas criticando su gestión, revelando además presuntos escándalos de corrupción que involucran tanto al Gobierno como a su familia.
Petro, por su parte, no ha perdido ocasión para responder, avivando una rivalidad que podría intensificarse en la campaña.
“Javier Milei atacó de nuevo a Petro: ‘asesino, terrorista’, le dijo”, publicó Dávila el pasado 27 de marzo, evidenciando la convergencia de posturas entre ella y el mandatario argentino.
Si ambos líderes se sentaran a conversar, no cabe duda de que Petro sería uno de sus temas principales.
En medio del auge y la agitación política por su aspiración, la pregunta es si su imagen como periodista le servirá para imponerse sobre políticos que saben hacer política.
También es cierto que hay una parte del país que Dávila representa y que la escucha con atención especialmente porque el presidente Gustavo Petro la ha posicionado como su principal contendora. En su último discurso público de este viernes desde el César, el mandatario dijo que “la señora de la revista quiere regresar a los 6.402 falsos positivos”.
Y hay un electorado que está dispuesto a escucharla y votar con ella en la concepción de esas ideas de un estado pequeño.
Lo clave es que ahora Vicky Dávila busca posicionarse como la apuesta alternativa a los “delfines políticos” y a la “política de siempre”.
Esta semana, en respuesta a la senadora Paloma Valencia, señaló: “Querida Paloma, llevas muchos años en la política. Tu abuelo fue político toda la vida. La gente quiere un cambio, y no delfines que por apellidos se han apoderado del Estado como si viviéramos en un feudo”.