<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Francia Márquez: La voz que se levanta a favor de “los nadie”

EL COLOMBIANO recoge los perfiles de las dos candidatas vicepresidenciales que estarán en el tarjetón este 19 de junio.

  • Francia Márquez fue la tercera candidata más votada en las consultas presidenciales del 13 de marzo pasado. FOTO: Andrés Camilo Suárez
    Francia Márquez fue la tercera candidata más votada en las consultas presidenciales del 13 de marzo pasado. FOTO: Andrés Camilo Suárez
05 de junio de 2022
bookmark

En noviembre de 2014, un grupo de más de 50 mujeres lideradas por Francia Elena Márquez Mina —quien es hoy la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro—, caminaron desde Suárez, Cauca, y se tomaron la casa del Ministerio del Interior, en el centro de Bogotá, al frente de la Casa de Nariño.

Pacíficamente, se acomodaron y pasaron allí cerca de una semana, protestando en contra de la minería ilegal en su territorio. Exigían hablar con el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, para que ordenara cesar las prácticas extractivistas en el río Ovejas y el retiro de retroexcavadoras. Y lo lograron.

Esta fue una de las primeras veces que gran parte del país escuchó el nombre y la voz de quien está cerca de ser la vicepresidenta, y que para ese entonces estudiaba derecho con el objetivo de tener herramientas para defender a su comunidad en el Cauca.

Desde su adolescencia se había dedicado a la defensa de la naturaleza y los derechos humanos, en la vereda La Toma, junto al río, en el que los campesinos se dedican a la pesca y la minería artesanal.

A los 15 años, en la década de los 90, Francia Márquez, quien para ese entonces era una joven de voz suave, se unió con otros para oponerse a un megaproyecto que tenía la intención de desviar el caudal del río Ovejas hacia un embalse. Las comunidades lograron que el proyecto se frenara, aunque el río ha padecido la minería ilegal en los últimos años. En medio de estas luchas ambientales y comunitarias sin tregua, Márquez tuvo dos hijos que crió sola.

Peleó contra el extractivismo ilegal en la zona, como lo haría en 2009, cuando el Gobierno otorgó licencias a multinacionales para explotar su territorio. Esto la convirtió en objetivo militar y tuvo que bajar su perfil, pero nunca el volumen de su voz, que —cuando puede— todavía usa para cantar y dejar salir la emotividad que la caracteriza.

Se volvió abanderada de las minorías, a quienes representa hoy como fórmula de Petro, con un discurso sobre la desigualdad, que repite con el ceño fruncido y labios apretados.

Como víctima de desplazamiento, viajó a La Habana durante el proceso de paz, e increpó en público al entonces presidente Santos por la poca relevancia que estaban teniendo los afectados por la guerra en la toma de decisiones frente a los acuerdos y su posterior implementación. Aun así, le dijo a Pacifista que no se sentía una víctima “porque eso nos pone en condición de subordinación”; en cambio, sostuvo: “Me siento más como una actora política de esta sociedad que ha vivido hechos victimizantes”.

Motivada por ese sentimiento, aspiró a una curul afro de la Cámara de Representantes en 2018, sin éxito, pero su nombre tomó otro impulso cuando ganó, ese mismo año, el Premio Goldman, considerado el Nobel de los líderes ambientales.

Cuatro años después, se lanzó como precandidata presidencial con el aval del Polo Democrático para competir en la consulta del Pacto Histórico; en 2020 ya había anticipado su deseo de llegar a la Presidencia. Recibió el apoyo de figuras políticas con experiencia en la izquierda colombiana como los senadores Alexánder López Maya e Iván Cepeda.

Con su candidatura logró la tercera votación más alta en las consultas del 13 de marzo (785.000 votos), solo debajo de Gustavo Petro y Federico Gutiérrez.

Por esa razón, ganó peso electoral y terminó como fórmula del exalcalde de Bogotá, quien le hizo más de una jugadita a lo largo de la campaña, como tumbarle el prometido renglón afro en la lista del Pacto al Senado. Aunque lo cuestionó, siguió en la coalición.

El día de su designación como ‘vice’, cuando una posible alianza con el Partido Liberal estaba cocinándose, no tuvo pelos en la lengua para criticar a un líder político de la talla de César Gaviria, ante cientos de espectadores. Este la usó después como excusa para anunciar su desmarque total del petrismo. Márquez solo ratificó sus palabras.

Como creció entre injusticia, violencia y carencias, habla de redistribución de la riqueza y critica a las élites con furia. La voz no le tiembla. Cree firmemente en la importancia de proteger el agro nacional y cuestiona al capitalismo.

Aunque carece de experiencia en administración pública, defiende su bagaje. “Colombia ha tenido políticos tradicionales con mucha experiencia, pero esa experiencia hoy nos tiene siendo un país con hambre (...). Yo tengo otra experiencia en resistencia social, en propiciar escenarios de paz, proteger el medio ambiente, la vida, las luchas sociales, desde ahí quiero construir”, le dijo a EL COLOMBIANO, en febrero.

Márquez le pone a la campaña el componente feminista —que sirve de oposición a Rodolfo Hernández—, de las minorías, de “los nadie”. Es la mujer que fue empleada del servicio y hoy podría llegar a gobernar a los que siempre la miraron desde arriba. La duda, al igual que con Castillo, es la capacidad de negociación y de ceder que requiere todo Gobierno. ¿Aceptará ajustar su discurso?

“Colombia votó por Gustavo Petro y Francia Márquez, y en tres semanas vamos a sacar los votos necesarios”, dijo a W Radio, tras la primera vuelta.

El empleo que busca está a un clic

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD