Un año después de la firma de los Acuerdos de Paz de La Habana entre el Gobierno y las Farc, la implementación de lo pactado sigue siendo un reto a nivel jurídico, político y social para el país. Así lo demuestran los inconvenientes que se han presentado alrededor de temas álgidos para materializar lo convenido con esta exguerrilla, como el reciente debate que se generó por la no aprobación por parte del Congreso de la República de las 16 circunscripciones especiales de paz, el hundimiento de la reforma política y las modificaciones que se le hicieron a la Justicia Especial para la Paz (JEP).
Sin embargo, para el presidente Juan Manuel Santos y todos los que lo apoyan en la consolidación de lo pactado con las Farc y en el intento de llegar a un acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional (Eln), los desafíos, faltando pocos meses para que se les acabe el periodo presidencial, están relacionados con la generación de condiciones para consolidar el proyecto de ‘una paz integral’. El comisionado de Paz, Rodrigo Rivera, habló con Colprensa sobre los retos más urgentes para el Gobierno en esta materia.
Quedan muchos temas pendientes en materia de paz para el 2018 y poco tiempo para materializarlos. ¿En orden de prioridades, cuál cree usted que es el mayor reto?
La reconciliación. Por eso vamos a concentrar grandes esfuerzos en esta materia durante el resto de este periodo presidencial. Trabajaremos en equipo con la sociedad civil, liderazgos políticos y organizaciones para desarrollar estrategias que nos lleven a este objetivo enfocándonos en los territorios en los que hubo mayor influencia de la violencia.
¿Qué tiene el Gobierno contemplado en materia de reconciliación en estos municipios para los próximos meses?
En estos territorios se vienen haciendo ejercicios muy intensos de construcción de paz, de consulta ciudadana y preparación para desplegar un programa nacional de convivencia. También estamos trabajando en la promoción de un pacto político en las regiones que empiece a traer voluntades que ayuden a acabar con la estigmatización de zonas violentas, porque todo lo que se ha logrado hasta el momento ha sido alrededor de la parte inicial del acuerdo de paz y de su implementación, que era el desarme y la transformación de las Farc en partido político.
En este sentido ¿qué más hace falta?
Todo. Falta construir las bases normativas e institucionales para la gestión y el seguimiento a los compromisos del acuerdo de paz. La puesta en marcha de toda esta institucionalidad tiene que ver con la reincorporación, las garantías de seguridad y la superación de dificultades para el desarrollo en las zonas donde hubo conflicto. Son cosas muy prácticas, pero que tienen que ver con la construcción de paz y que permitirían una transformación cultural para una sociedad que ha sido afligida por más de 50 años de violencia y confrontación.
Usted mencionó que hacen falta bases institucionales para la consolidación de la paz, pero recientemente se eligió el Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia. ¿Qué papel va a tener este estamento en lo que falta de implementación?
Va a ser el gran timonel de este proceso. Hay 105 representantes de todos los departamentos y como gran timonel tendrá el rol de estar recorriendo el país y activando los comités territoriales, haciendo pedagogía de construcción de paz y promoviendo que esta dinámica se ponga en marcha. Tendrá la prioridad de sembrar las semillas de la reconciliación política.
¿Pero este último punto sí será posible en medio de elecciones presidenciales y de Congreso de la República?
Comprendo que en medio de estas dos campañas políticas va a ser difícil avanzar en esa dirección. Pero el comité podrá sembrar semillas que germinen después de la elección, para que cualquiera que sea el presidente pueda tener un camino ya recorrido para reunificar el país alrededor de la construcción de paz. Para esto será necesario definir el papel que este comité tendrá en el proceso de paz con el Eln. Pero ese es un tema que no depende solamente del Gobierno, sino de la propia negociación, pero en algún momento tendrá un papel en este proceso.
Hablando de elecciones a Congreso ¿qué opina usted de lo que está pasando con el proyecto que da vía libre a la creación de las 16 circunscripciones de paz?
En ese tema en concreto, la última palabra la tienen los jueces, que es lo que ocurre en una democracia. Cuando hay controversia entre poderes públicos, un juez resuelve. Por otro lado, el Gobierno basado en un concepto del Consejo de Estado ha programado la continuidad de los proyectos que tienen que ver con la implementación de la construcción de paz para marzo del próximo año. El presidente, antes de que acabara el periodo ordinario del Congreso, declaró mensaje de urgencia para varios de estos proyectos para tener el mismo impacto a nivel de trámite que el que tenía el fast track.