El caso de una mujer que profanó una tumba en el municipio de Landázuri, al sur de Santander, ha abierto un debate sobre la importancia de la salud mental.
El hecho, ocurrido en la mañana del miércoles en el cementerio El Sagrado Corazón de Landázuri, ha generado asombro y conmoción por la manera en que la mujer buscó refugio en el cuerpo de su ser querido, identificado como Diego Expedito Moreno Rojas.
Según versiones locales, ella aprovechó la ausencia del sepulturero para retirar la lápida de la bóveda, sacar el ataúd y comenzar a abrir una de las tapas con el propósito de hablarle al cuerpo.
Algunas personas que estaban en el lugar se percataron de la escena y de inmediato dieron aviso al trabajador, quien se encontraba incapacitado, pero que acudió al sitio para confrontarla por el acto de profanación.
“Mamita, ¿por qué hizo eso? Usted no podía abrir ahí. ¿Quién le dio permiso? Yo estaba incapacitado, pero eso es un delito”, le dice el encargado del cementerio.
En ese momento, la mujer tenía cervezas, cigarrillos y una veladora cerca del ataúd. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue un balde con agua y varios implementos de aseo, con los que, al parecer, pretendía bañar a Diego.
La Policía de Santander y los familiares del fallecido acudieron al lugar para conocer las razones de su comportamiento. Sin embargo, la situación generó molestia en un hombre que llegó a sacar hasta un machete, aunque finalmente desistió de agredirla. La familia le reclamaba a ella por su comportamiento y por no dejar descansar en paz al difunto.
De inmediato, tres uniformados intervinieron para reducirla y esposarla, retirándola del lugar.
El sepulturero volvió a introducir el ataúd en la bóveda y repuso la lápida. Hasta el momento, la Policía de Santander no se ha pronunciado oficialmente sobre si la mujer fue o no judicializada por estos hechos.
¿De quién era la tumba profanada en Santander?
El sacerdote Bayron Alexander Martínez, párroco de Landázuri, indicó al medio Ecolecuá que el cuerpo profanado correspondía a Diego Expedito Moreno Rojas, cuyo entierro se realizó el 24 de julio de 2025. Este joven de 19 años había sido asesinado tres días antes en medio de una discusión en el parque principal del municipio de Cimitarra.
De acuerdo con la información conocida por Vanguardia en su momento, Moreno Rojas recibió una herida con arma blanca en el tórax y fue trasladado de inmediato al Hospital San Juan de Cimitarra. Sin embargo, pese a los esfuerzos del personal médico, falleció debido a la gravedad de la lesión. Testigos señalaron que el presunto responsable sería un hombre conocido como ‘Jeferson’, de 24 años.
La salud mental tras la muerte
Uno de los temas que necesariamente deben abordarse es el de la salud mental. Algunos expertos consideran que este tipo de actos responde a la incapacidad de aceptar la muerte de un ser querido. Desde su crisis emocional, la mujer en Santander actuó como si Diego aún estuviera vivo, lo cual se reflejó en su decisión de sacarlo del ataúd para bañarlo y vestirlo.
En Indonesia, por ejemplo, existe un ritual llamado “Ma’nene”, propio de una comunidad en la isla de Sulawesi, en el que- por simbolismo y tradición- las familias sacan los cuerpos momificados de sus difuntos para bañarlos, vestirlos con ropa nueva e incluso pasearlos por el pueblo como una forma de reafirmar el vínculo entre vivos y muertos.
Con información de Colprensa - Vanguardia*