Catorce días con sus noches pasaron Miguel Ayala, hijo del reconocido cantante Giovanny Ayala, y su mánager Nicolás Pantoja bajo una rudimentaria carpa que hacía las veces de refugio para protegerse de las inclemencias del clima en medio de la nada.
Allí pasaron algunos días sin dormir, encadenados de manos y pies y otros agobiados por la presión psicológica de sus captores, pero pese a la adversidad, los dos jóvenes trataron de mantenerse esperanzados de que iban a salir de allí, no sabían cuándo, pero lo harían.
“Nunca perdimos la esperanza, siempre confiamos en Dios”, dijo el joven Ayala este martes, 2 de diciembre en la tarde, horas después de que el Gaula de la Policía, con apoyo de los Comandos Jungla, el Grupo de Operaciones Especiales (GOES), la Aviación Policial y la Fuerza Aeroespacial Colombiana los rescataran en la vereda Chorritos, zona rural del municipio de La Sierra, Cauca, tras varios días de infiltración en la zona.
Los dos jóvenes permanecían cautivos desde el pasado 18 de noviembre, cuando fueron interceptados por hombres armados en el sector de “El Túnel” sobre la Vía Panamericana en jurisdicción del municipio de Cajibío. Se desplazaban hacia el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, de Palmira (Valle), para regresar a Villavicencio, su lugar de residencia, tras una presentación en Huisito, Cauca.
Primero se habló de delincuencia común, pero después se supo que el frente Carlos Patiño, de las disidencias de las Farc al mando de alias Iván Mordisco, los tenía en su poder.
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Ayala contó que tras su retención, los hicieron caminar por casi cuatro horas y media para llegar al lugar donde estuvieron detenidos. “Fue horrible. Estábamos descalzos y nos tocó pasarnos de a un zapato entre mi manager Nicolás y yo. Llegamos todos arañados porque nos hicieron pasar por un río, una quebrada, y hubo un momento de una bajada de una montaña”.
Además de las dificultades del terreno, los jóvenes en todo momento temieron por su vida, pues encabezaban la caminata y pensaban que les dispararían por la espalda.
“Íbamos con mucho más miedo porque pensamos que en cualquier momento nos iban a hacer algo a las espaldas porque íbamos muy lejos. Pensábamos que en cualquier momento nos iban a disparar o algo”.
Ya en el lugar, Ayala relató que “no podíamos dormir con miedo a que nos hicieran algo. Ya en la tarde pues nos tocaba hablar porque los días pasaban muy lentos”.
También contó que los amararon con una cadena al pie y durante tres días durmieron “con las manos atadas”. Además, siempre estuvieron custodiados por otros dos hombres armados que los presionaban.
“Siempre nos decían que no nos iban a hacer nada, pero nosotros siempre tuvimos miedo de que nos pasara algo. Algunas veces fueron groseros con palabras, pero siempre nos dijeron que nunca nos iban a hacer algo, aun así nosotros siempre teníamos precaución porque nos portábamos muy juiciosos para que no nos hicieran nada”, dijo Ayala.
Mientras tanto, la familia Ayala recibía llamadas extorsivas en las que les pedían altas sumas de dinero por la liberación de los jóvenes. Giovanny Ayala relató que recibieron varias llamadas, pero solo les dieron validez en el momento en que llamaron al celular del hermano gemelo de Miguel. En esas comunicaciones les exigían 4.500 millones de pesos por los dos hombres, pero luego, en otra llamada, la suma aumentó a $7.500 millones. La familia no entregó el dinero que les pedían.
La liberación, finalmente, se dio este martes, 2 de diciembre, luego varios días de infiltración en la zona.
“Los uniformados ingresaron de manera táctica al punto de cautiverio, garantizando la liberación de las víctimas y logrando, además, la captura de uno de los presuntos responsables del secuestro”, explicó el director de la Policía, general William Rincón.
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El segundo hombre que los custodiaba resultó herido en el cruce de disparos, pero alcanzó a huir hacia una zona boscosa.
“Sentimos una felicidad inmensa, en serio que no nos la creíamos. Fue algo demasiado loco. Eso no se lo deseamos a nadie, es algo horrible”, concluyó Miguel Ayala, quien junto a Nicolás Pantoja, recuperó la libertad.