El recién nombrado director del Departamento Nacional de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, ha sostenido durante los últimos días una dura pelea con el concejal de Bogotá, Daniel Briceño, por una serie de reclamos e insultos a su nuevo cargo en el que ganará un muy buen sueldo.
Pese a que siempre han existido las hostilidades entre ambos, esta vez el nivel de la pelea parece haberse degradado a lo más bajo. En un trino lleno de ira, Bolívar señaló a Briceño de ser un mentiroso y una “basura de ser humano (sic)”.
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“No se cansa de mentir esta basura de ser humano. Lo que muestra aquí es una cotización vieja que ayer mismo en el empalme, delante de 30 funcionarios del nivel directivo, desautoricé y eché para atrás. Les dije que mientras haya hambre en Colombia, esos lujos se acaban”, trinó el excandidato a la Alcaldía de Bogotá a través de X.
Esa tuit hostil respondía a un comentario de Briceño en el que dijo que el primer acto de Gustavo Bolívar como director de Prosperidad Social fue “llegar a cotizar la compra de 6 carros híbridos nuevos para la entidad”, por lo que dijo de manera sarcástica que “tiene las prioridades bien claras”.
Sin embargo, el exsenador aseguró que esa era una cotización antigua y que él mismo ordenó tumbarla como medida de austeridad del Departamento que apenas está empezando a dirigir.
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Lo cierto es que esta pelea por el cargo de Gustavo Bolívar en el DPS ha generado otro tipo de insultos entre ambos.
Entre esos intercambios de trinos Bolívar le ha dicho a Briceño “don mentiroso”, “hijo de puta mentiroso”, “impostor” y “calumniador”, entre otras cosas.
Por lo que la pregunta válida en este tipo de casos es, ¿debería un alto funcionario del Estado estar insultando así a un concejal o cualquier ciudadano?
Hasta ahora, en Colombia no hay ninguna Ley que restrinja el comportamiento de líderes y políticos a través de las redes sociales, pero las autoridades judiciales sí han fallado para asegurar que las cuentas personales del Presidente y de otros funcionarios también se pueden entender como escenarios oficiales por donde se envía y se reclama información de relevancia nacional.