La Fiscalía General de la Nación pidió la máxima pena para Carolina Galván y Nilson Díaz, la mamá y el padrastro, de la pequeña Sara Sofía Galván, al considerarlos responsables de la desaparición de la menor de dos años, en el caso ocurrido en enero de 2021.
La pena solicitada por el ente investigador podría estar entre los 26 y 45 años de prisión para ambos procesados, según le confirmó una fuente judicial a EL COLOMBIANO.
La solicitud de la Fiscalía fue hecha durante la etapa de los alegatos de conclusión en la audiencia del juicio realizada la tarde de este martes.
Durante su intervención, la Fiscalía aseguró que Carolina Galván tenía la tutela de la niña Sara Sofía por ser la progenitora. Además, que ella misma la había sacado de su entorno de protección y de garantía de derechos a la niña que, desde enero del año 2020, le garantizaban su tía Xiomara y Ana Rita Perdomo.
Para el ente investigador, Carolina Galván y Nilson Díaz “actuaron en coparticipación criminal sustrayendo a la niña de su entorno, y ocultando información, pero también dando información falsa de su paradero”.
El abogado defensor de la menor, por su parte, dijo durante su intervención que, pese a que Carolina Galván tenía un déficit cognitivo, podía determinar el bien y el mal en lo que hacía.
Al contrario, el Ministerio Público señaló que Carolina tiene déficit cognitivo, por lo que no sabría realmente lo que hacía y podría considerarse una persona inimputable.
La Fiscalía estaba sustentando porque, según su investigación, considera que sí hubo ocultamiento y requiere la privación de la libertad.
Hace unos días el ente investigador había revelado más detalles de la desaparición de Sara Sofía.
Según la reconstrucción de los hechos presentada, desde que la tía de la menor reportó su desaparición, las sospechas empezaron a apuntar a que su madre, Carolina Galván, y su padrastro, Nilson Díaz, estarían involucrados en su desaparición.
La Fiscalía logró conseguir información del caso a través de los registros de cámaras de seguridad de los lugares en los que, se presume, pudo Carolina haber llevado a la pequeña Sara. Además, de múltiples entrevistas de expertos forenses y agentes de la policía, con los que lograron reforzar la hipótesis de que la pequeña pudo haber sido asesinada por la madre y su pareja, quienes habrían encontrado la forma de deshacerse de su cuerpo. Lo habrían arrojado al río Tunjuelito, en Bogotá, envuelto en una manta y dentro de un costal.