Una Auditoría Financiera de la Contraloría General de la República al Ejército Nacional, estableció una posible pérdida de recursos de $2.318 millones de pesos, por la compra en 2017 de 52 visores nocturnos que resultaron no ser de uso militar.
Según detalló la entidad, en un principio esos implementos habían sido contratados especificándose que se trataba de los mismos utilizados por las Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Sin embargo, tal como lo expuso la Contraloría, resultaron ser de aquellos utilizados por deportistas extremos en actividades como alpinismo, montañismo y cacería.
“Se determinó que los bienes recibidos por el Ejército Nacional, al no ser de uso militar y no cumplir con los estándares de calidad requeridos, no satisfacen ni van a satisfacer la necesidad para la cual fueron adquiridos: ser usados por las Unidades de Fuerzas Especiales del Ejército colombiano en operaciones militares”, remarcó la ente de control.
Así las cosas, el detrimento patrimonial se da entonces por el hecho de que los visores nocturnos adquiridos no cumplen con los requerimientos técnicos establecidos en el contrato.
Para la Contraloría, esta situación se generó por una gestión ineficaz e ineficiente que no se compadece con los fines y cometidos del Estado, producto de deficiencias en las decisiones y los controles establecidos para la recepción de bienes y la supervisión del contrato. El hallazgo tiene presunta incidencia fiscal y disciplinaria.
Cronología
En su informe, la entidad supervisora menciona que “los bienes fueron recibidos por primera vez el 28 de diciembre de 2017. No superaron las pruebas y por consiguiente se determinó devolverlos al contratista para hacer efectiva la garantía técnica contemplada en el contrato”.
Luego de hacerse efectiva la garantía técnica, los 52 visores nocturnos fueron recibidos a satisfacción de manera definitiva el 4 de octubre de 2018, indicando en el acta respectiva que los visores se encuentran aptos para el servicio.
No obstante, en una auditoría financiera al Ejército Nacional, correspondiente a la vigencia 2020, la CGR revisó este contrato y entrevistó en abril pasado al funcionario del Ministerio de Defensa que en octubre de 2020 realizó peritaje técnico a los visores adquiridos, dentro de un proceso penal que adelanta la Fiscalía.
De acuerdo con el experto, “los visores nocturnos revisados durante el peritaje no se consideran equipos de especificación militar, pues su denominación la refieren como CK-1500 y esa referencia no existe en ningún manual técnico de mantenimiento”.
En este contexto, el especialista explicó que estos implementos se podrían clasificar como nivel 3 por sus especificaciones técnicas; corroborando su destinación para usos comerciales, especialmente para deportes extremos como los ya mencionados.
Los del nivel 1, según el perito, son destinados para uso exclusivo de las Fuerzas de Seguridad de los Estados Unidos y los equipos clasificados en Nivel 2 son susceptibles de venta a países amigos, siempre y cuando cumplan con las regulaciones internacionales para tráfico de armas (ITAR).
Finalmente, la entidad comunicó que dio traslado del caso a la Procuraduría para que tome las acciones pertinentes dentro de su competencia.