Colombia ratifica ante la ONU sus compromisos ambientales

El Gobierno mostrará sus logros y propondrá estrategias para defender selvas y páramos.

Colombia conserva apenas el 8% de los bosques secos tropicales. Es apenas una de las amenazas reales que el país debe revertir pactando y cumpliendo acuerdos internacionales. FOTO juan a. sánchez

El país tendrá un papel protagónico en la agenda ambiental que se desarrollará en el marco de la Asamblea General de la ONU durante esta semana. Se espera que buena parte de los 15 minutos de intervención que tendrá el presidente Iván Duque en la plenaria de la ONU hoy a las 2:00 p.m., se centren en los logros del país.

Entre ellos se plantea la reducción acumulada de 11,73 millones toneladas de dióxido de carbono, que avanza en la meta de reducción de 36 millones de toneladas, según el Ministerio de Ambiente. También, hay noticias positivas en la disminución de 19,2% de la deforestación en 2019 con relación a el periodo anterior, que le permitió pasar de 197.159 hectáreas a 158.894, según el Ideam.

Duque, además destacará los buenos resultados de pago de servicios ambientales, como estrategia de conservación, programa que actualmente vincula a miles de familias en la Amazonia, Pacífico, Boyacá y Cundinamarca.

Justamente, ayer, el Mandatario expresó que el país liderará una nueva estrategia internacional para proteger bosques y páramos: “Se necesita movilizar recursos mundiales no solamente para proteger la Cuenca amazónica, sino los páramos. Esta semana estaremos lanzando esta iniciativa mundial para que podamos obtener financiación de parte de las organizaciones para proteger fuentes verdes y ecosistemas tan importantes como los páramos”, dijo en el Foro Económico Mundial.

El ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, amplió que la iniciativa busca vender bonos a las empresas cuyos recursos vayan en función de la defensa de estos ecosistemas. También, según expresó en su intervención en la primera jornada de la Semana del Clima el viceministro de Ordenamiento Ambiental del Territorio, Roberto Esmeral, el país ratificó su intención de liderar la transición energética en América y el Caribe.

Entre las metas, el país se plantea pasar de 300 megavatios de capacidad instalada de energía solar y eólica a tener más de 2.200 megavatios de capacidad instalada en esas energías renovables no convencionales para agosto de 2022.

De las palabras a la realidad

El contexto actual le asigna mayor presión a los acuerdos y anuncios de los gobiernos en el marco de la Asamblea.

El mundo viene de conocer la semana pasada preocupantes informes que dan cuenta de que la pelea para defender al ambiente y sus recursos se está perdiendo.

Uno de estos, de la misma ONU, señaló el pasado miércoles que ningún país logró cumplir los objetivos de Aichi, destinados a salvar a la diversidad biológica y mejorar los beneficios que de ella obtienen las personas, y cuya meta era 2020.

Colombia no se queda atrás, pues aunque tiene avances que mostrar las cifras negativas sobre impacto ambiental abundan. Por ejemplo, dice el Instituto Humbolt que al país solo le queda el 8% de los bosques secos tropicales. Además indica que de las 96 variedades de ecosistemas que le permiten ser el segundo país más biodiverso del mundo, 36 están en riesgo de desaparecer.

Los efectos del cambio climático y la intervención humana son evidentes y devastadores en varias zonas, como en el piedemonte amazónico y en área de transición entre Meta y Guaviare.

“Ahí ya no hay agua superficial, son zonas completamente áridas donde antes había agua”, precisa Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible.

Los daños se replican en diferentes zonas. En el Caribe, la erosión y desaparición de humedales “desencadena desabastecimiento de recursos necesarios para la vida de los habitantes y riesgos para su subsistencia”, como la amenaza de desaparición de carreteras y hasta pueblos, según detalla el exminambiente, Manuel Rodríguez.

Por todo esto, dice Rodríguez que la situación del planeta y del país exige pasar de la retórica a las acciones reales y urgentes. Las propuestas para protección de ecosistemas y metas de energías limpias –cree– son buenos ejemplos.

Pero no es suficiente. Por ejemplo, Colombia llega a la Asamblea sin ratificar el Acuerdo de Escazú, vital en palabras del mismo secretario Genaral de la ONU, Antonio Guterres, “para buscar soluciones centradas en las personas y basadas en la naturaleza”.

Hace más de dos meses el Gobierno radicó el proyecto de ley con mensaje de urgencia para lograr ratificar el Acuerdo. Sin embargo, hoy aún no está asegurado.

Organizaciones ambientales dicen que no es buena señal ante el mundo que el país con más defensores ambientales asesinados en 2019 (64 personas según Global Witness), se presente ante la ONU en un momento tan coyuntural sin ratificar este pacto.

es el puesto del país, en el Índice de Desempeño Ambiental: Yale y Columbia.