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Con la captura de Carlos Mario Tuberquia Moreno, alias “Nicolás”, la primera línea de mando del Clan del Golfo, justo la que está por debajo de su principal cabecilla, Dairo Antonio Úsuga David, “Otoniel”, desapareció.
De hecho “Nicolás” ha sido el único cabecilla que sobrevivió al operativo de su captura, ya que otros líderes del mismo nivel en esa banda criminal como Roberto Vargas, “Gavilán”; Aristides Meza, “El Indio” y Luis Orlando Padermia, “Inglaterra”, no corrieron con la misma suerte y murieron después de los operativos realizados por la Fuerza pública.
Pero como a rey muerto, rey puesto, las autoridades ya están atentas a los movimientos que podría hacer “Otoniel” para reemplazar a sus hombres de confianza, y según Claudia Carrasquilla, directora de la Unidad contra el Crimen Organizado de la Fiscalía, ya surgen algunos alias como los de “Chiquito Malo” y “Marihuano”, quienes hacen parte del estado mayor de esa organización ilegal.
Aunque desde su página en internet el Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia como se autodenominan, afirmaron hace dos semanas que es falso que ya esté todo dispuesto para una sujeción a la justicia y que por el momento se encuentran “socializando” esa idea al interior de su estructura, la posibilidad de negociar su desarticulación no estaría en riesgo a pesar de la captura de “Nicolás”.
Eso es por lo menos lo que piensan varios analistas como Néstor Rosania y Jhon Marulanda, expertos en temas de conflicto armado.
Rosania asegura que quienes buscan el sometimiento a la justicia son las cabezas de la organización. “Debemos tener en cuenta que el Clan del Golfo es una sombrilla que cobija a muchas bandas criminales, entre ellas los Rastrojos, entonces lo que se ve es que los altos mandos de la organización se sometan y el resto que delinquen en el mundo del narcotráfico continúen con su actuar delictivo”, dijo.
A esto, Jhon Marulanda añade que la detención de “Nicolás” puede tener dos lecturas: la primera de ellas consiste en que ‘Otoniel’ continúe con su deseo de someterse a la justicia, o por el contrario, desista del mismo plan.
“A mi modo de ver, como en toda organización de este tipo, hay unas alas radicales y otras alas moderadas y me da la impresión que el jefe hace parte del ala moderada, porque él repetidamente ha dicho que quiere negociar con el Gobierno, entonces tendería a pensar que de pronto esto acelere una negociación para entregarse”, dijo el analista.
Por otro lado, Marulanda dejó al descubierto dos preocupaciones en relación al sometimiento de la estructura de ‘Otoniel’. La primera de ellas es lo que pretenda el nuevo jefe de estado, y segundo se podrán entregar unos cuántos, pero que el negocio del narcotráfico culmine desde la perspectiva del ‘Clan del Golfo’, no se dará, es decir, va a pasar como con las Farc, se entregaron los sexagenarios, pero ahí están nuevamente reconstituyéndose”.