Más allá de las declaraciones optimistas que Alejandro Char dio a los medios de comunicación después de su acto de posesión el pasado 29 de diciembre, lo cierto es que el arranque de su tercer mandato como alcalde de Barranquilla no pinta nada fácil. A una serie de situaciones complicadas que atraviesa la ciudad, como críticos indicadores de seguridad, una alta deuda pública y graves cifras de pobreza, se le sumó el duro golpe del anuncio de la posible pérdida de la sede los Juegos Panamericanos 2027, que era una de las banderas de su gestión y uno de los proyectos que más entusiasmaban al líder político por la inyección de recursos que el evento le podría dar a la capital de Atlántico que parece tener las arcas vacías.
Los números no oficiales, divulgados por Efraín Cepeda Tarud, presidente del Comité Intergremial Atlántico e hijo del senador Efraín Cepeda, aliado de gobierno del Clan Char durante más de 16 años, dicen que la Gerencia de Ciudad de la alcaldía proyectó que el movimiento económico esperado por los Panamericanos se estimaba entre $2,37 y $2,54 billones, cuyo mayor porcentaje sería por infraestructura, logística y servicios para el evento. Y por concepto de turismo se moverían entre $162.400 millones y $324.000 millones; jalonando además la creación de 11.000 empleos temporales.
Movimiento de dinero que podría ser un buen salvavidas para la dura situación económica que vive Barranquilla. Un documento de Fundesarrollo, publicado a finales de 2023 y que analizó el último informe de Viabilidad Fiscal (IVF) del Ministerio de Hacienda, determinó que la deuda total de la ciudad es casi tres veces el valor de sus ingresos corrientes. Así que consideró que su dinámica fiscal plantea fuertes retos que tendrá que asumir la nueva administración distrital.
Uno de los puntos claves muestra una notoria reducción de los ingresos de Barranquilla que pasaron a 4.3 billones en 2022, inferiores en un 8.5 % a los 4.7 billones de 2021 por la menor dinámica en los ingresos de capital y la disminución de las transferencias recibidas del Gobierno.
Los recursos destinados a pagar la deuda también tuvieron una variación significativa en los últimos años. Los gastos en 2022 ascendieron a 4.9 billones de pesos; de estos el 12% fueron para funcionamiento, un 82% para inversión y un 6% al servicio de la deuda. El pago por intereses de la deuda y aportes a capital de créditos de la ciudad estuvo por el orden de los 311 mil millones. “La financiación de la deuda en Barranquilla pesa dos veces más que en Bogotá (3 %) y seis veces más que en Cali (1 %)”, señaló Fundesarrollo.
Otra conclusión muy diciente es que aunque en Barranquilla en el 2022 cada ciudadano recibió en inversión alrededor de 3,1 millones de pesos (en Medellín y Bogotá fue de 2,9 millones) y la administración destinó el 80% del gasto a la inversión, la capital del Atlántico registró el menor promedio de ejecución de la inversión pública, con solo el 83%, seis puntos menos que la capital del país y la capital del Valle, en la misma vigencia.
“El gasto supera en cerca de $600 mil millones al ingreso total, por ello no será posible mantener el nivel de gasto de los últimos años si no se proponen acciones para aumentar sustancialmente el ingreso propio”, anotó. Es decir que se ha venido gastando más de lo que se tiene.
Por eso, desde hace años expertos en finanzas públicas han venido alertando sobre la necesidad de controlar el nivel de endeudamiento de Barranquilla. Lo que ratifica el reciente informe, que señaló que al cierre de 2022 el saldo de la deuda fue de alrededor de 2.9 billones de pesos. Lo que quiere decir que cada barranquillero tendría que aportar 2.2 millones de pesos para solventar la deuda vigente, cifra superior a lo observado en otras ciudades, en Bogotá por ejemplo sería solo de 1 millón por habitante. Este incremento de la deuda ha venido en alza desde 2017.
La situación financiera de la ciudad tiene en déficit operacional a organismos descentralizados como Transmetro, la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla, el Terminal de Transportes y establecimientos como la Agencia Distrital de Infraestructura, la Dirección Distrital de Liquidaciones y el Establecimiento Público Ambiental Barranquilla Verde.
Hechos recientes parecen dejar en evidencia la falta de plata, el cierre del mandato del saliente alcalde Jaime Pumarejo estuvo marcado por múltiples reclamos públicos de empleados y contratistas por retrasos en los pagos de parte del Distrito. Fue tan grave la situación que se llegó a especular que, más allá de la mala relación con que terminaron Char y Pumarejo, este ultimo no hizo la entrega protocolaria de la ciudad a su jefe político en el acto de posesión para evitar reclamos públicos.
La grave conclusión del estudio de las finanzas de Barranquilla establece que es indispensable fortalecer los ingresos propios y ajustar el gasto fiscal para evitar caer en una situación de insolvencia en el mediano plazo. Así como buscar la forma de que las entidades descentralizadas puedan financiarse de manera autónoma.
El alcalde Char parece tener claro el tema y anda buscando recursos por todos lados. Uno de sus primeros movimientos fue pedirle al gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, a quien prácticamente hizo elegir con su apoyo electoral, que lo ayudara a tramitar en la Asamblea la redistribución de la tasa de seguridad que se recauda en los municipios del departamento a través de la factura del servicio de energía, con el argumento de que el 70% de los delitos registrados ocurren en Barranquilla. Punto en el que tiene mucha razón, pues la inseguridad es otro de los grandes retos que deberá afrontar en su nuevo gobierno.
Ciudad con miedo
El 23 de octubre pasado, hombres armados entraron a un billar del oriente de Soledad y dispararon sin consideración. El saldo sangriento fueron tres muertos y tres personas más heridas. Dos días antes, a la 10 de la noche, otras tres personas fueron asesinadas mientras veían por televisión el partido de la final del fútbol colombiano entre el Junior y el Deportivo Independiente Medellín, en medio de un acto sicarial en el municipio de Malambo, en el área metropolitana de Barranquilla. Una de las víctimas era menor de edad.
Esas fueron solo dos de las 9 masacres que se registraron en Barranquilla durante el 2023. Y es solo una muestra de los hechos violentos que tienen viviendo con miedo a los habitantes de la ciudad.
Un estudio reciente mostró que en el 2023 el área metropolitana de Barranquilla tuvo un repunte en homicidios y extorsión. Las 9 masacres, por ejemplo, reflejan un aumento de 80% más que en el 2022 y todas sucedieron en el área metropolitana: 2 en Barranquilla, 5 en Soledad, 1 en Puerto Colombia y 1 en Malambo.
Según datos preliminares del Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Uninorte, a cierre de 2023 la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de Barranquilla rondaba en 28.1, en Soledad en 29.5 y en Malambo en 51.1, está última la más alta del departamento y el doble del promedio nacional. Además, entre 2021 y 2023, la tasa de hurtos aumentó un 40% al subir de 468 a 656 por cada 100.000 habitantes; mientras que la de extorsión se duplicó, pasando de 6 a 12.
Janiel Melamed, director del observatorio de seguridad ciudadana de la Universidad del Norte, está de acuerdo en que la seguridad del área metropolitana de Barranquilla requiere de integración, coordinación y sincronización de capacidades entre la alcaldía y la gobernación del Atlántico para enfrentar los delitos de alto impacto y luchar contra el crimen organizado.
Por eso ve con optimismo las buenas relaciones de Char con el gobernador Eduardo Verano, cosa que dice no han tenido otras grandes capitales en el país en los últimos periodos.
“Las expresiones de delito son múltiples y sus desafíos variados. Ello debe conducir a una planificación estratégica integrada, conscientes de las prioridades a partir de las amenazas existentes, así como la limitación de recursos y de desafíos políticos y operativos”, señala el investigador.
Uno de los puntos que hay que revisar en Barranquilla es el fortalecimiento de estructuras criminales, que ya fue advertido en dos alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo (037 de 2020 y 029 de 2022). Lo que declaró a la ciudad y su área metropolitana como un “escenario de riesgo” por las disputas entre el Clan del Golfo con estructuras criminales locales como “Los Costeños” y “Los Pepes” en su afán de controlar corredores viales estratégicos.
En esos puntos está de acuerdo Luis Trejos, uno de los académicos que más ha estudiado el conflicto en la región Caribe, quien señala que es muy delicado el tema de la presencia de esas estructuras de crimen organizado que se confrontan entres sí por territorios dentro de la ciudad. “Además, el aumento sostenido de la extorsión. Por lo que hay que articular el plan de desarrollo distrital con el nacional en lo referido a la seguridad y convivencia”, explica.
Más pobreza
Todos estos problemas han hecho que la ciudadana comience a disminuir su optimismo frente al futuro de la ciudad. La Encuesta de Percepción Ciudadana realizada por la entidad Barranquilla Cómo Vamos determinó que solo el 51,2% de los barranquilleros considera que la ciudad va por buen camino, un porcentaje muy diferente al registrado en la misma encuesta pero del año 2018, cuando el 87% de los habitantes consideraba que la capital del Atlántico iba bien.
Otro de los puntos que llamó mucho la atención de este reciente estudio es que el 67,3% de los barranquilleros se considera pobre, una cifra muy diferente a la registrada en el 2018 cuando ese grupo era solo del 15%. Además, el 59% de los encuestados señaló que él mismo o alguien en su hogar se vio obligado a comer menos de tres comidas al día por situaciones económicas. Y solo el 15% de los encuestados cree que en la ciudad es fácil encontrar trabajo.
La pandemia hizo que la pobreza en Barranquilla y su área metropolitana pasara de 25,6 a 39,4 por ciento, según las cifras del Dane. Es decir, la pobreza incrementó 53,9 por ciento, mientras que el promedio del incremento nacional fue del 11,2 por ciento.
Un análisis del Dane reveló que la pandemia hizo que en Barranquilla y su área metropolitana la pobreza pasara de 25,6 a 39,4. Lo que causó un aumento de más del 53,9 por ciento, lejos del promedio nacional que fue del 11,2.
La situación ha cambiado mucho para Char, ya que otros de los grandes retos que deberá afrontar son su enredos con la justicia por posibles delitos de corrupción electoral, que ya pusieron a su hermano Arturo tras las rejas, y el impacto que esto ha tenido en la imagen de su familia y su grupo político.
El COLOMBIANO solicitó al alcalde Char sus opiniones y estrategias para enfrentar la dura crisis de la ciudad, pero no recibió respuesta.
311
mil millones de peso pagó Barranquilla por inttereses y aportes a su deuda en 2022.
28,1
era la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes en Barranquilla a cierre de 2023.