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Con el agua hasta las rodillas, y en algunos sectores hasta el cuello, están los habitantes del municipio antioqueño Vigía del Fuerte, por causa de las lluvias y el desbordamiento de ríos.
Yoiner Palomeque, miembro de la Defensa Civil y representante de la Mesa de Víctimas de esta localidad del Urabá, le contó a EL COLOMBIANO que las inundaciones comenzaron hace once días, pero desde antier se agravaron tanto en la parte rural como en el casco urbano.
“Se perdieron los cultivos de plátano, arroz y yuca. Y a los locales comerciales también se les metió el agua”, comentó. La inundación proviene de los ríos Arquía, Murrí, Atrato y Bojayá, y afecta principalmente a 2.000 de los 9.700 pobladores del municipio.
Entre las áreas que más preocupan, las veredas Belén, Vegáez y Vidrí, en el corregimiento Vegáez, donde la erosión causada por el río Arquía se está comiendo las calles desde el año pasado.
En la mañana de este miércoles se desplazó al territorio el director del Dapard, Jaime Gómez, junto a una comisión que se reunirá con las autoridades locales, para definir qué medidas se implementarán para atender a los damnificados.
En una entrevista con EL COLOMBIANO, publicada el pasado 20 de mayo, durante la primera oleada de lluvias del año, el alcalde Félix Santos Pestaña había calificado la situación como “gravísima”, alertando que no había recursos suficientes para responder a las inundaciones venideras.
“Mi llamado al Gobierno es que entienda que Vigía es diferente al centro de Urabá, donde hay más recursos, y que nos tenga en cuenta con el apoyo”, dijo en ese entonces.
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