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Con perros rescatados Medellín realiza terapia en hospitales

Medellín tiene política pública que promueve la asistencia para impulsar procesos de recuperación. Así es la dinámica.

  • Un perro de asistencia y su entrenador visitan al paciente en el hospital y se quedan entre 10 y 15 minutos. Adiestradores entrenan los animales. FOTO manuel saldarriaga
    Un perro de asistencia y su entrenador visitan al paciente en el hospital y se quedan entre 10 y 15 minutos. Adiestradores entrenan los animales. FOTO manuel saldarriaga
  • La terapia con animales también se utiliza en entornos no médicos. FOTO cortesía Clínica Medellín
    La terapia con animales también se utiliza en entornos no médicos. FOTO cortesía Clínica Medellín
12 de febrero de 2021
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Un animal de compañía puede ser el mejor amigo en momentos difíciles. Para Gonzalo Grajales, quien por un cáncer recibía tratamiento de quimioterapia en la Clínica Medellín, un perro se convirtió en apoyo para su recuperación. “Me hizo olvidar momentáneamente que estaba conectado en una quimio. El animal me acompañó, jugaba con él, me alegró el día”, relata.

Con 74 años, Grajales estuvo en una sesión de Terapia Asistida con Animales (TAA), que él llama terapia de progreso, puesto que “los perros lo animan a uno a seguir luchando”. Se trata de un tipo de intervención con animales para ayudar y apoyar en la recuperación ante problemas de salud física y mental.

“Nos complementamos con amor. Nos apoyamos mutuamente”, aseguró Grajales

Él fue testigo de cómo esta compañía sirve para sobrellevar momentos difíciles. Las TAA, precisamente, se basan en aprovechar el potencial que tienen los animales y su relación con el ser humano.

Para Pilar Jaramillo, trabajadora social y directora de proyectos de la Fundación Instintos, que realiza este tipo de terapias en Medellín, “la presencia de un perro hace que quienes reciban un tratamiento estresante, como puede ser la quimio, se sientan un poco más tranquilos y calidez”.

Jaramillo explicó que este tipo de intervenciones con animales ayuda en distintos entornos, como el acompañamiento a adultos mayores, adolescentes pertenecientes al sistema de responsabilidad o a personas diagnosticadas con enfermedades como la depresión y la ansiedad.

Una política pública

Medellín está a la vanguardia en la aplicación de este tipo de terapias en el mundo. Incorporó las TAA como una política pública y la fomentar para su aplicación desde el Estado.

El uso de perros como asistentes no es algo nuevo. En Chile, por ejemplo, existen las leyes 20025 y 19284 que regulan el uso de animales para ayudar a personas que tienen algún tipo de discapacidad física; en Estados Unidos, dentro de la Ley para Estadounidenses con Discapacidades, de 1990, se habla de los animales para soporte emocional, que no requieren adiestramiento y lo recomiendan para ciertas enfermedades relacionadas con la salud mental.

En España, por su parte, si bien cada comunidad autónoma tiene su propia legislación con respecto a los perros de asistencia, la Ley 002 de 2015, de Madrid, regula el acceso a este tipo de animales para personas con discapacidad.

Sin embargo, ninguna de estas leyes regulaba directamente ni fomentaba desde una política estatal el uso y aplicación de las TAA.

Así funciona

Medellín incorporó la TAA como política pública, a través del acuerdo municipal 041 del 2017, que además agrupó otro tipo de intervenciones.

Esto significa que la administración municipal debe implementar programas y planes, a través de sus secretarías o en alianza con instituciones privadas, en las que se realicen este tipo de terapias que, poco a poco, se han ido consolidando y mostrando sus beneficios.

Se pretendió, como lo dice el propio acuerdo, institucionalizar el programa de intervenciones con caninos para generar nuevas alternativas terapéuticas y mejorar el vínculo con los animales, así como una herramienta de transformación e inclusión social.

Gracias a la iniciativa impulsada por el entonces concejal Álvaro Múnera, actual diputado de la Asamblea de Antioquia, la política pública con las TAA pudo ser una realidad. Como bien lo detalló, “la idea es que se plasmara y se materializara un proyecto de acuerdo que, eventualmente, se aprobó con unanimidad en el Concejo. Queríamos demostrar todos los servicios que un animal le puede brindar al ser humano. Tenemos programas proteccionistas hacia ellos, pero no a la inversa”.

De esta manera, secretarías como la de Medio Ambiente, de la Juventud y de Seguridad han incluido las TAA en diversas actividades, entre las que se encuentran trabajo con población vulnerable socialmente y en salud.

Con una inversión de $139 millones, la Secretaría de Medio Ambiente logró disponer y cuidar de los perros en el Centro de Bienestar La Perla, los cuales son adiestrados y entrenados para estas terapias.

Son animales, en su mayoría, rescatados de situaciones de abandono o de maltrato, al cual se le redefinen conductas para que retornen la confianza hacia las personas.

La secretaria de Medio Ambiente, Diana María Montoya, explicó que es la propia entidad la que realiza supervisión del proyecto, teniendo comunicación constante con las personas que cuidan a los caninos, además de realizar visitas de seguimiento para evaluar las condiciones de los animales de La Perla.

Resocialización

La Fundación Instintos fue fundamental para que la política pública fuera una realidad. Sara Jaramillo, médica veterinaria y directora general de esa fundación, es una de las pioneras en aplicar las TAA en Medellín y quien, de hecho, impulsó a Múnera para que promoviera políticamente en la promulgación de la política pública.

A través de la labor social que tiene Instintos, buscó que los animales pasaran de un proceso de victimización a uno de respeto. “Nos dimos cuenta de que una de las cosas que más generaban sensibilización en las personas eran aquellas que tenían que ver con un perro alrededor de ellas”, explicó Jaramillo.

Si bien los talleres y capacitaciones iban dirigidos a distintos perfiles, fue el proyecto en un centro de acogida del sistema de responsabilidad penal para adolescentes el que más recuerda. Se trató de un trabajo con 364 jóvenes que infringieron la ley y se encontraban en proceso de rehabilitación y resocialización. Las TAA ayudaron a reeducar al adolescente, su formación y su manera de pensar, sentir y actuar, precisó.

“Con ellos realizamos todo un proceso de sensibilización. Por ejemplo, se le contaba la historia de los perros, cómo fue su rescate, su adiestramiento, cómo interactuar con ellos. Los jóvenes lo recibieron de una manera extraordinaria y se evidenció, por ejemplo, que dos grupos que no se podían ni ver se juntaran para interactuar con los perritos”, contó Jaramillo.

Freno en pandemia

Actualmente, la Universidad CES, junto con la Secretaría de Medio Ambiente, a través de La Perla, son los operadores del programa y parte fundamental que se siga realizando y estando vigente en medio de una pandemia que ha entorpecido el proceso que ya estaba en desarrollo.

Además, proyectos que ya se venían realizando con la Secretaría de la Juventud, de Seguridad y de Inclusión Social se paralizaron mientras se supera la emergencia socioeconómica por la pandemia.

Igualmente, la Clínica Medellín, que realizó con pacientes oncológicos durante marzo y abril de 2020 un programa de TAA, en colaboración con la Fundación Instintos, tuvo que suspenderlo para prevenir contagios de la covid-19 por parte de las personas que rodeaban los animales (ver recuadro).

Para Grajales, este tipo de programas deben continuar. “Aquí estamos ensayando. Fue la primera vez que lo realizaron con nosotros. Para mí fue algo muy jovial, muy alegre. Con profesionales que les dueles y se preocupan por el paciente”.

Actualmente, la enfermedad de Gonzalo se encuentra controlada gracias a tratamiento que se le ha brindado en la Clínica Medellín y, según dice, a la compañía de su perro Simón. “Mi perro me da ganas de vivir y de caminar. Yo no pierdo la esperanza de seguir con mi enfermedad controlada y estos animales son un gran motivador para seguir en pie. Soy testigo que ayudan mucho en la recuperación”, concluyó Grajales

$139
millones dispuso Medellín para entrenar los perros de La Perla en los tratamientos.
El empleo que busca está a un clic

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