Un escalofriante caso de parricidio ocurrió en la madrugada de este lunes en el municipio de Itagüí.
A las 2:30 de la mañana, Alexis Albeiro Pavón Restrepo llegó a su casa en la carrera 55 con calle 56, barrio El Tablazo del municipio de Itagüí, después de cumplir con su jornada laboral como taxista. El hombre, de 46 años, vivía allí con su mamá y su papá, ambos de 76, pero llevaba tres días sin ir a la casa porque según él, corría peligro en su residencia.
Apenas entró a la vivienda, Alexis se dirigió a la habitación donde dormían sus padres -en camas separadas- y atacó a su mamá con un puñal. Le dio un solo golpe en el abdomen, bajó los tres pisos del edificio y salió corriendo a la calle.
Los tres hermanos de Albeiro, que viven en el cuarto piso del mismo bloque, se despertaron alertados por los gritos ahogados de su madre y el llamado de auxilio de su padre.
Abajo, encontraron a su hermano tirado en el piso y bañado en sangre: el hombre se dio a sí mismo una puñalada en el abdomen como la que le quitó la vida a su mamá.
Doña María Abelardina Restrepo de Pavón fue trasladada a la Clínica Antioquia, donde los médicos la ingresaron a cirugía. Sin embargo, la mujer no soportó la gravedad de la herida y su vida se esfumó poco después de llegar al centro asistencial.
Alexis, por su parte, fue trasladado al hospital San Rafael 1, donde lo sometieron a una cirugía que le salvó la vida. Actualmente se encuentra en cuidados intensivos y es custodiado por patrulleros de la Policía Nacional. La Fiscalía levantó cargos en su contra y le leyó los derechos ahí mismo en el hospital.
El secretario de Gobierno de Itagüí, Juan Carlos Zapata Pimienta, lamentó lo sucedido y aseguró que se trata de un caso aislado.
Según Zapata, el hombre no tenía ningún problema familiar ni tenía antecedentes por violencia doméstica. En cambio, los hermanos del taxista contaron que en los últimos días Alexis estaba más callado de lo normal y les dijo que escuchaba voces en su cabeza y estaba viendo espíritus. El victimario frecuentaba a una mujer que lee las cartas y le prometió “hacerle un trabajo” para liberarlo de los espíritus.