Un nuevo capítulo en la disputa criminal de tres bandas volvió a recordarles a los habitantes del municipio de Bello que la seguridad, que les venía sonriendo en los últimos meses, es todavía un anhelo sin consolidar.
Una serie de asesinatos desde febrero, caracterizados por tiroteos públicos y hallazgos de cadáveres, tiene como protagonistas a “Pachelly” contra “el Mesa” y “Niquía Camacol”, según la Policía.
Las tres estructuras están envueltas en una confrontación desde 2019, por traiciones, negocios malhabidos y retaliaciones, lo que provocó el aumento del índice de homicidios entre febrero y agosto de ese año, llegando al 175% de aumento en esas muertes, concentradas en las comunas de Niquía y Altos de Niquía.
La situación escaló hasta las altas esferas del Gobierno. El presidente Iván Duque, el Ministerio de Defensa y la Gobernación encabezaron consejos de seguridad, exigiendo resultados. A Bello llegó un refuerzo en pie de fuerza policial y militar sin precedentes, hubo operativos y capturas de cabecillas, hasta que la violencia disminuyó.
Antes de las elecciones regionales hubo una tregua entre las bandas, según fuentes de Inteligencia, por lo que los bellanitas votaron tranquilos en octubre y gozaron de una Navidad sin aspavientos.
Sin embargo, en febrero de 2020, tras cuatro meses de paz, revivió la disputa, esta vez focalizada en las comunas La Cumbre, Bellavista y Niquía.
Entre los crímenes está el ataque a bala contra dos primos, en el que falleció Robin Guzmán Palacio, de 28 años, y su familiar de 21 quedó herido, el 29 de enero en Niquía.
El 6 de febrero abandonaron en una manga de El Trapiche el cadáver abaleado de un joven de 17 años, envuelto en una cobija y un costal.
El periodo más crítico empezó el 20 de febrero, cuando en el baúl de un carro, en el barrio Santa Ana, dejaron el cuerpo sin vida de David Andrés Sandoval, de 29 años. Ese mismo día hubo otros dos asesinatos en El Ángel y Camacol; en el segundo sitio la víctima fue Cristian Peláez (“Boso”), un presunto mando medio de “Pachelly”.
El 22 de febrero hubo dos ataques sicariales en el barrio Buenos Aires, que dos muertos y un herido. El 29 de febrero acribillaron a otro adolescente de 17 años en el barrio Bellavista.
En total, en enero hubo 4 asesinatos, en febrero aumentó a 9 y uno más en marzo.
Las vecindades más afectadas son Playa Rica, Niquía, Buenos Aires y El Trapiche, en Bello. La confrontación se trasladó a Copacabana, municipio adyacente en el que han botado cinco cuerpos amarrados y envueltos en cobijas, del 15 de enero al 27 de febrero; en este último día, los bomberos rescataron dos cadáveres del río, metidos en costales, y uno de los difuntos resultó ser el exfutbolista Diego González.
En Medellín hubo otro episodio al mediodía de ayer, cuando sicarios abalearon a dos supuestos integrantes de “Pachelly” que iban en un carro por la Autopista Norte, en Castilla. Murieron David Grajales (“Tetero”), presunto coordinador del grupo, y Johan Betancur (“Cachetes”).