El nombramiento de Ángel Ovidio González como director de la Biblioteca Pública Piloto (BPP) ha trascendido al Gobierno Nacional.
La directora de la Biblioteca Nacional —entidad adscrita al Ministerio de Cultura—, Diana Patricia Restrepo Torres, le envió una carta al alcalde Daniel Quintero en la que le recuerda que las bibliotecas exigen un saber especializado, uno que no encuentran en González, por tanto le aconsejan revisar el nombramiento.
El ruido de que el nuevo director no cuenta con la experiencia especializada no se quedó en Medellín y trascendió, por esto Restrepo Torres pide que se tenga en cuenta que el país lleva más de veinte años construyendo una política pública de bibliotecas que no se puede tirar por la ventana.
Dice la carta que el director de la BPP debe estar en la capacidad de participar en escenarios académicos en los que se discuten el rol de las bibliotecas y la lectura, además de las políticas educativas y culturales que envuelven este tema para construir aportes al desarrollo bibliotecario. Palabras más, palabras menos, se le llama la atención a Quintero para que no ponga en dicho puesto a un mero administrador.
Uno de los puntos más importantes que la misiva subraya es que la BPP es una entidad pública y debe regirse por la Ley 1379 de 2010, donde se establece que sus directores deben acreditar título profesional, tecnológico y técnico en Bibliotecología u ostentar experiencia o capacitación en la materia, cosa que no aplica en el caso de Ángel Ovidio González.
Todo esto para Restrepo Torres no tiene sentido, teniendo en cuenta que Bogotá y Medellín son las dos ciudades que más concentran bibliotecólogos en el país. Así las cosas, sería entendible que los requisitos no se cumplieran en municipios apartados, pero no en una con la red de bibliotecas como la que tiene la ciudad y eventos tan grandes como la Fiesta del Libro.
“En esta perspectiva de país, no sería comprensible que la ciudad de Medellín, que cuenta con la Escuela Interamericana de Bibliotecología, con una oferta amplia de profionales en este campo y que ha sido modelo de gestión de bibliotecas públicas a través de la red estatal bajo el liderazgo y orientación de bibliotecólogos y gestores culturales de amplia trayectoria y reconocimiento, considere adecuado el delegar esta función a profesionales en otras áreas del conocimiento que no tienen el saber ni la experiencia específica en la gestión de bibliotecas públicas”.
Al final la carta recalca que todo se trata de una invitación “respetuosa pero enfática en la urgencia de reconsiderar” el nombramiento de González y asumir de “manera responsable” las disposiciones de la Ley para este tipo de labores, las cuales todas están al alcande de cumplimiento por parte de la Alcaldía de Medellín.
La Biblioteca Pública Piloto ha sido un referente de lectura para toda la ciudad desde hace sesenta años. En Los días azules, el escritor Fernando Vallejo recuerda como su acercamiento a la literatura tuvo un punto de referencia cuando se inauguró la BPP en la Avenida La Playa. No es fortuito, esta institución ha brindado los talleres de Manuel Mejía Vallejo y Jaime Jaramillo Escobar, grandes escritores de las letras antioqueñas. Por sus pasillos caminó Jorge Luis Borges —Borges, el arquetipo de bibliotecario—. Hay que estar a la altura de la historia y de la institución