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No solo de amor palpita el corazón

De miedo o emoción, pero también al hacer ejercicio o por enfermedad. Una mirada de lo normal a lo anormal.

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17 de marzo de 2022
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Palpitación no es igual a taquicardia. Es la percepción del cambio en el ritmo del corazón, sea porque va más rápido (taquicardia), más lento (bradicardia), o porque pierde su ritmo (arritmia). Como se trata de una percepción, depende de la capacidad de cada persona de sentir su propio cuerpo y los cambios que ocurren en este.

Hay algunos que son normales, pues el ritmo cardíaco varía normalmente para garantizar que la sangre oxigenada llegue a cada célula del cuerpo. Diferentes actividades corporales, como el ejercicio físico o estar alerta por alguna situación, hacen que las necesidades metabólicas del organismo aumenten, lo cual, a su vez, hace que el corazón suba su frecuencia cardíaca.

Cuando sale de lo normal

Una taquicardia deja de ser normal cuando no tiene una causa evidente que la explica o cuando el aumento en la frecuencia cardíaca es desproporcionado frente a la situación. Por ejemplo, una leve aceleración es natural al levantarnos –entre 105 y 110 pulsaciones por minuto para un adulto–, más allá de eso puede ser síntoma de una condición.

Hay taquicardias y arritmias que son primarias, es decir, que no se relacionan con otra enfermedad, y suelen deberse a problemas del corazón; también las hay secundarias que son consecuencia de otra condición. Por ejemplo, cuando hay una baja de la presión arterial, ya que es un mecanismo de compensación del cuerpo.

“Es importante que la gente les dé el valor real a las palpitaciones. Muchas veces consultan después de semanas de estarlas sintiendo y solo porque empiezan a desmayarse o marearse. Las palpitaciones recurrentes pueden ser el primer signo de que algo está ocurriendo” afirma el doctor Francisco Villegas García, cardiólogo y electrofisiólogo del Hospital San Vicente Fundación y añade: “Vale la pena hacerles caso, además, porque las arritmias son probablemente la única condición cardíaca (junto con las infecciones) que tiene la posibilidad de curación para que no vuelvan a ocurrir”.

No solo afecta a los adultos

“Se suele pensar que los problemas del corazón vienen con la vejez, pero desde la formación del feto pueden darse defectos”, afirma el médico intensivista Augusto Quevedo Vélez, del área de cardiología del Hospital Infantil del San Vicente Fundación.

Los niños mayores y adolescentes son más perceptivos en cuanto a los cambios en su cuerpo y puden comunicar si detectan una variación en sus latidos. En los bebés o niños más pequeños, en cambio, es fundamental que los padres estén atentos.

“Hay niños que pueden nacer con aspecto normal, no presentar ningún hallazgo alarmante, pero las enfermedades cardíacas se manifiestan entre el día 7 y 14 de nacidos”, asegura Quevedo. Es por esto que ante síntomas como respiración acelerada, labios y lengua morados, irritabilidad inexplicable o fatiga extrema hay que consultar rápidamente con el pediatra

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