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La novela de Rodolfo Hernández y el centro político pasó del romance al drama en una sola semana. El último capítulo lo firmó Juan Manuel Galán, el líder del Nuevo Liberalismo, quien señaló que su colectividad se volcará a apoyar al exalcalde de Bucaramanga.
El anuncio de Galán se dio 24 horas después del rompimiento entre su excompañero de la coalición Centro Esperanza Sergio Fajardo y Hernández, quien en una declaración descartó cualquier posibilidad de un acuerdo programático entre los dos.
Eso, sin embargo, no detuvo la decisión del Nuevo Liberalismo. Juan Manuel Galán le dijo a EL COLOMBIANO que su respaldo a Hernández lo hizo por coincidencias programáticas.
De hecho, cuando este diario le preguntó a Galán si habían hecho acuerdos con el ingeniero Hernández para tener cargos en un eventual Gobierno, él dijo que no.
“No se ha hablado absolutamente nada (sobre acuerdos burocráticos). Hablamos sobre aportar cinco puntos que hicieron parte del programa de Gobierno que nosotros construimos para la consulta presidencial, y esos puntos le parecieron adecuados a la campaña de Rodolfo Hernández”, dijo Galán.
Aunque aseguró que el apoyo al exalcalde de Bucaramanga contó con el respaldo de la “mayoría” de su partido, se hizo evidente que algunas figuras claves no estuvieron para la foto.
Entre ellas está Mábel Lara, cabeza de la lista al Senado de ese partido que se quemó. La periodista expresó su apoyo a la fórmula de Gustavo Petro y Francia Márquez una vez se conocieron los resultados de la primera vuelta.
Lara aterrizó en el Pacto Histórico con la lideresa social Yolanda Perea y la académica Sandra Borda, quienes también ocupaban un renglón en la lista al Senado.
Además, se conoció que la coordinadora Nacional de Juventudes del Nuevo Liberalismo, Estefanía Álvarez, también se bajó del bus de los Galán tras conocer que apoyarían a Hernández.
La movida de Galán, sin embargo, no deja de ser clave porque el Nuevo Liberalismo es el primer partido político que canta su apoyo sin aparentes exigencias al exalcalde de Bucaramanga.
Otras colectividades como el Partido Conservador y el Centro Democrático han mantenido un perfil bajo después de la primera vuelta presidencial, pese a que algunos de sus militantes ya dijeron que apoyarán de frente a Hernández.
Y aunque como instituciones han procurado no hacer ruido en la campaña del candidato santandereano, sí tienen votos para poner.
El 13 de marzo los conservadores sacaron 2,2 millones de votos para el Senado y el Centro Democrático 1,9 millones.
La soledad de Fajardo
Fajardo, por su parte, ha sido una de las figuras políticas más golpeadas de esta campaña. Pasó de tener 4 millones de votos en la primera vuelta de 2018 a poco más de 880.000 en el mismo escenario de este año.
En la recta final de la primera vuelta su candidatura ya estaba tambaleando y las figuras de centro estaban viendo para dónde coger. Alejandro Gaviria, quien participó con él en la consulta presidencial, hizo unas polémicas declaraciones en las que cantaba su apoyo a Gustavo Petro para la segunda vuelta.
En el Nuevo Liberalismo lo apoyaron hasta el final, pero también acordaron que se irían de la coalición tras la elección. “Desde el sábado antes de la primera vuelta nos reunimos para tomar la decisión como partido de que, en un caso eventual de que Sergio Fajardo no pasara a segunda vuelta, íbamos a dar por terminado este ciclo de la Coalición de la Esperanza”, dijo Galán.
Tras el portazo que le dio Hernández a Fajardo durante el fin de semana, Fajardo se reunió con sus últimos escuderos: el exgobernador de Boyacá, Carlos Amaya; el exministro Juan Fernando Cristo y el senador Jorge Robledo.
Tras discutirlo, decidieron, según ellos en buenos términos, ir cada uno por su lado, con lo cual se hizo evidente que no llegaron a un acuerdo y volvió a primar la división hasta el final.
Desde la campaña de Fajardo le dijeron a este diario que por ahora no emitirá más pronunciamientos, pero se espera que en los próximos días anuncie su voto en blanco para la segunda vuelta. Las cosas, no obstante, siempre pueden cambiar de aquí al 19 de junio.
Iba a ser médico, pero me volví periodista. Me gusta debatir y hablar mucho y de todo. Creo que la información es un patrimonio inmaterial y público.