Lo que se está registrando es un efecto rebote, el precio tocó fondo y rebotó. Aunque la Opep insiste en el recorte de la oferta, siguen pesando los excesos de inventarios.
En algo favorece la recuperación de los precios la reactivación de la economía china, que es el primer importador de crudo del mundo, desplazando a EE. UU. De modo que el alza de los precios seguirá siendo moderada, de allí que el Banco de la República cambió su previsión con respecto a los precios, ahora entre US$ 25 y US$ 45 para el 2020 (en el informe al congreso de la Junta Directiva del Banco de la República de marzo de 2020 se citaba a la Agencia Internacional de Energía para documentar la caída de la demanda y se precisaba que “la información del mercado de futuros sugiere que los precios durante los próximos meses se podrían ubicar por debajo de los US$ 40 por barril”). Para mí este será el techo por el resto de este año.