A las preocupaciones que diversos sectores de la opinión pública han expresado con respecto al bajo crecimiento económico, a la débil marcha de la economía y a las dificultades existentes para reanimar el aparato productivo nacional, ahora se le ha agregado lo señalado por la calificadora de riesgo Fitch Ratings.
Según Fitch, la calidad crediticia del país podría verse afectada por un crecimiento menor al esperado y si las cuentas fiscales (que son deficitarias) empeoran. Esto haría que se reduzcan los esfuerzos que deben hacerse para estabilizar y reducir gradualmente la carga de la deuda del Gobierno.
El problema que está viendo Fitch tiene que ver con lo establecido en el Marco Fiscal de Mediano Plazo que en junio pasado presentó el Gobierno Nacional y, en particular, con las implicaciones que este tiene sobre el déficit fiscal del país en 2018 y 2019 y el correspondiente nivel de la deuda (que al momento es cercana al 50,0 por ciento del PIB).
Los inversionistas (especialmente los extranjeros) tampoco han visto con buenos ojos las previsiones del Marco Fiscal. Particularmente, algunos analistas consideran que la reducción que en junio pasado se presentó en los portafolios de deuda pública de los inversionistas foráneos respondió, en parte, a las inquietudes que les genera el Marco.
De la mano de este comportamiento, en días anteriores se registró una caída fuerte de los TES explicada, según los expertos, por el incremento en la percepción de riesgo del mercado derivada del hecho de que, según el Marco Fiscal, hacia adelante el Gobierno deberá realizar una mayor emisión de bonos de deuda.
Precisamente, Fitch encuentra que, según el Marco, la deuda como proporción del PIB solo se estaría estabilizando en 2018, lo que representa un retroceso respecto a su previsión de 2016 que estimaba que, para el próximo año, dicha proporción debería ir a la baja.
Además, la calificadora advierte que el escenario fiscal para el año entrante no está despejado, lo que representa mayores riesgos.
En particular, la reducción del déficit que debe darse en 2018 para cumplir con la regla fiscal no es compatible con las proyecciones de ingresos del Gobierno y con los gastos adicionales que se derivan de la realización de las elecciones (para el Congreso y las presidenciales) y del cumplimiento del Acuerdo de paz.
Con respecto a 2019, Fitch considera que la reducción que implica hacer efectivo el déficit fiscal de 2,2 por ciento del PIB estimado en el Marco Fiscal, es muy ambiciosa y para garantizar su cumplimiento se necesitarán mayores recaudos y recortes adicionales en el gasto.
Según los analistas, si no se cumple con las metas fiscales, cabe la posibilidad de que al país le reduzcan la calificación de su deuda (lo que no implica que se pierda el grado de inversión), acelerando así la salida de los inversionistas extranjeros e incrementando el costo de fondeo.
Sin embargo, en una entrevista para La República, José Antonio Ocampo, codirector del Emisor, señaló, con respecto a las advertencias de Fitch, de que no cree “que haya ningún riesgo importante de que la economía colombiana vaya a incumplir”.
Para evitar un mayor deterioro económico, el Gobierno debe actuar con prontitud para despejar las dudas que con respecto a la situación fiscal y de deuda pública se tienen, pues de otra manera el país pagará un alto costo.