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¿Aterrizar en Marte?
Lo pillé en la prensa
“El Rover Perseverance aterriza en Marte. ¿Cuál es su misión?”.
Vuelvo después de dos semanas de pausa covidiana, déjenme usar ese adjetivo tan rebuscado, queridos lectores. No me contagié yo, pero sí mis seres queridos, sin consecuencias, gracias a Dios y a la ciencia. Por eso llego tarde, pero más vale tarde que nunca, a analizar el uso del verbo aterrizar en Marte. Obviamente el verbo “aterrizar” nació del sustantivo “tierra”. Y no es muy viejo, porque la aviación como hoy la conocemos tampoco es un invento muy viejo (puede tener poco más de 100 años): el texto más viejo con esta palabra es de 1916.
Resulta que aterrizar es, cito el Diccionario de la lengua española, “Dicho de un avión o de un artefacto volador cualquiera: Posarse, tras una maniobra de descenso, sobre tierra firme o sobre cualquier pista o superficie que sirva a tal fin”.
Pues resulta que en Marte también hay tierra firme y sobre ella se posó el Perseverance. Así que sí: una nave puede aterrizar en Marte. Y, cómo no, amartizar, verbo que tiene tanto derecho de existencia como aterrizar. Ahora, la nave no puede amartizar en la Tierra, con mayúscula porque hablo del planeta.
Y rover no lleva mayúscula porque no es el nombre propio, es como decir el carro Pichirilo (hace muchos años los carros tenían nombre).
Preguntan los lectores
Alonso Vargas Gómez. “En la columna Cada Día Trae su Afán, página 18 de El Colombiano, el autor remata su escrito así: ‘Que Dios tenga a Herbin Hoyos a su lado y que nos señale a quién debe tomar sus banderas’. Considero que ese ‘quien’ va sin tilde”.
Sí, señor, así es. “... que nos señale quién debe tomar sus banderas” tiene un “quién” tónico, que pronunciamos fuerte porque es una pregunta indirecta. En “... que nos señale a quien debe tomar sus banderas”, ese “quien” es débil, lo decimos sin mayor fuerza y no hay una pregunta indirecta.
Olga Arboleda. “Pido su concepto sobre un asunto en el que mi hijo, que es periodista, y yo no logramos llegar a un acuerdo. De manera generalizada se escucha la expresión ‘vuelvo y le repito’, expresión que considero incorrecta por redundante, pues si estoy repitiendo fue porque ‘volví’ a exponer mi argumento”.
Bueno. La primera idea que se me ocurre es esta: una redundancia no es necesariamente un error: a veces lo es, a veces adorna, a veces simplemente está.
Ahora, analicemos qué dice cada cosa. “Te repito” quiere decir que, por lo menos, ya te lo dije una vez (pero puede ser también la repetición 150 o 200). “Vuelvo y te repito” quiere decir que te lo dije una vez, te lo repetí y te lo repito de nuevo (o sea, mínimo ya te lo repetí una vez). Si yo te digo “vuelvo y te lo repito”, pero la verdad es que te lo he dicho apenas una vez, hay un error: ahí sí solo podría decirte “te lo repito” (o sea, te lo digo por segunda vez). Si en realidad ya te lo repetí, ahí sí puedo “volver a repetir”.