Las 9,3 toneladas significan que es ilógico tener esa cantidad de droga en un solo lugar y en medio de un dispositivo gigante como Agamenón. Se nota que están preocupados por cumplir sus cuotas en el mercado internacional. Y como los tenemos tan presionados acopian y acopian. Se han replegado incluso al río Truandó, para salir al Pacífico y lanzarla en lanchas rápidas y sumergibles.
Son dos lecturas: hay más producción, sí, pero también se acumula la coca porque hay más controles e interdicción. Entonces, se deben arriesgar.
Mejoramos mucho la inteligencia tecnológica con ayuda extranjera, para ubicar a estos delincuentes y pegarles más duro, que es cuando ya la cocaína está lista, cuando gastaron mucho dinero en toda la cadena de producirla y movilizarla dentro o fuera del país.
La fortaleza, entonces, no es de ellos, es del Estado, que cada vez es más capaz de llegarles y hacerles estas incautaciones. Por eso al “clan Úsuga” cada semana le neutralizamos uno o dos integrantes.
“Otoniel” sobrevive porque se mueve entre familiares, pero que le vamos a llegar, le vamos a llegar. Denlo por hecho. Y más temprano que tarde. Él no duerme más de dos horas en el mismo lugar. En todos lados tiene que pagar y por eso trafica tanta droga.