Nos parece que es absolutamente precario lo que muestra el Dane en esa nueva medición del empleo. Ni siquiera llega a un punto porcentual la baja y el Gobierno le hace una fiesta y mucho énfasis debido a la gran crisis social que atraviesa el país.
Esas mejoras son como gotas homeopáticas en un mar de inequidades. No hay un avance tangible en las condiciones laborales de los trabajadores colombianos. Nuestro país se mantiene noveno en el ranquin mundial de inequidad y el Gobierno sigue atendiendo los intereses de la banca internacional. La gente ganando un salario de hambre y afectada por las decisiones del Banco de la República y por las tasas que son de usura. No es posible que el Gobierno diga que se mejoró el empleo en sectores como la agricultura, la ganadería y la piscicultura si esos son los más afectados.
El Dane clasifica a un vendedor de aguacates en un semáforo como trabajador autónomo y entonces considera que tiene un empleo formal y digno. Pero ese trabajador no tiene ingresos suficientes, no paga seguridad social, no cotiza para salud, no tiene acceso a la vivienda y a la recreación.
El Gobierno se está autoengañando con estas cifras y pretende engañar a todos los colombianos. El empleo en el país no está mejorado.