El Censo Nacional Agropecuario es una radiografía vital para la economía colombiana y su sector agrario. Es importante entender que lo estábamos esperando hace 35 años y que nos entrega datos que no se conocían hace 45.
Las primeras cifras son globales. Confirma que hay unas grandes extensiones en pastos, unos cultivos permanentes creciendo y unos transitorios cayendo.
Corrobora el deterioro del campo colombiano que hemos venido denunciando y que se evidencia en que en el 2014 el país tuvo que importar el 28% de lo que consume. Y esa cifra se está incrementando en un 13% en 2015.
El país no está aprovechando su situación actual para hacer crecer la producción agrícola. La devaluación es favorable, porque el exportador recibe más dinero. No hemos encontrado alternativa al petróleo.
Este Censo Nacional Agropecuario muestra además la gran brecha que hay entre el sector rural y el sector urbano. Al país se le olvida que debe ser un país de grandes y pequeños productores y de todos los rincones. Muestra además un problema con la educación de nuestros campesinos y una mejoría en salud.
En el conjunto no estamos produciendo alimentos y la seguridad alimentaria del país es cada vez más preocupante.