Nuevas investigaciones muestran que algunas regiones del norte han estado siendo golpeadas con mayor frecuencia por esas olas de frío en las pasadas cuatro décadas, aún cuando el planeta todo se ha calentado.
Aunque podría sonar contradictorio, los científicos creen que estas fuertes olas frías están conectadas con el calentamiento del Ártico y los efectos del calor en los vientos del vórtice polar, en la parte alta sobre la superficie terrestre.
Esto es lo que los científicos en este campo estiman que está sucediendo: la evidencia es clara de que el Ártico se está calentando más rápido que el resto del planeta. Este calentamiento reduce la cantidad de hielo en el mar Ártico, permitiendo que escape más calor a la atmósfera.
Los investigadores consideran que esa energía del océano que está siendo liberada provoca el debilitamiento del vórtice polar de vientos, que normalmente mantienen el aire frío sobre la región polar. Ese debilitamiento permite que ese aire polar frío se extienda al sur más a menudo.
Ese vórtice polar siempre ha sufrido variaciones en su fortaleza, pero un estudio encontró que las fases más débiles están durando mucho más y están coincidiendo con inviernos fríos en el norte de Europa y en Rusia.