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Por la guerra Rusia-Ucrania, este año se producirían 2,6 millones de vehículos menos en el mundo

En total, entre 2022 y 2023 se producirían más de 5 millones de vehículos menos en el mundo. Toyota, Volkswagen y Renault ya han anunciado disrupciones en su producción.

  • La dependencia en Rusia en la elaboración de algunos elementos esenciales para la producción de automotores ha sido uno de los factores que han dificultado la producción de grandes fábricas de automotores. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
    La dependencia en Rusia en la elaboración de algunos elementos esenciales para la producción de automotores ha sido uno de los factores que han dificultado la producción de grandes fábricas de automotores. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
Por la guerra Rusia-Ucrania, este año se producirían 2,6 millones de vehículos menos en el mundo
18 de marzo de 2022
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No solo los alimentos han sufrido los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, el sector automotor también se ha visto resentido: a raíz del conflicto actual y la importancia que tiene el territorio ruso en la elaboración de algunos elementos esenciales para la producción de automotores, algunos de los grandes fabricantes de vehículos como Toyota, Volkswagen y Renault se han visto obligados a disminuir o suspender sus operaciones allí.

Una de las primeras compañías automotrices que anunció la suspensión —hasta nuevo aviso— de su producción en Rusia fue Toyota, fabricante que cuenta con 168 puntos de venta en ese país y una fábrica en San Petersburgo, con capacidad para producir 100.000 vehículos anualmente

La compañía, que llegó a Rusia en 2007, informó que esta decisión fue debido a las “interrupciones en la cadena de suministros” y ante el impacto de las sanciones internacionales a Rusia por la invasión de Ucrania.

A esto se sumó que el fabricante japonés de vehículos anunció recientemente una “pausa internacional” de aproximadamente tres meses, debido a los nuevos brotes de covid-19 y la escasez de chips, lo que supone un golpe para su producción.

Asimismo, la empresa advirtió sus planes de recortar su producción nacional hasta un 20% a partir de abril, con el fin de aligerar la carga de los proveedores que están atravesando dificultades.

Por otro lado, los problemas de Renault en Rusia también se profundizan. De acuerdo con medios internacionales, el fabricante ha perdido alrededor de una cuarta parte de su valor de mercado desde el comienzo de la invasión.

Y es que entre las dificultades que enfrenta la marca francesa está que Rusia es su segundo mercado principal, por lo que su producción se ha visto fuertemente afectada.

Por su parte, Volkswagen también advirtió en días pasados que la guerra está generando una escasez de componentes fundamentales, lo que ha reducido su producción de vehículos en Europa. De hecho, el grupo automovilístico afirmó que redujo un 16,7% sus ventas mundiales en febrero, lo que supone un caída de 15,9% en las ventas proyectadas para este año.

Un mercado en riesgo

Según un informe del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia, la situación que sufre el sector automotor podría generar presiones adicionales en los costos de fabricación de los vehículos, que serían transferidos en buena parte al consumidor final.

Y, a su vez, el ritmo de producción mundial de esas máquinas se está viendo impactado, provocando desafíos adicionales a los inventarios de los concesionarios globales.

De hecho, las proyecciones de producción mundial de automóviles para este año no es muy positiva. S&P Global Mobility, compañía de análisis del mercado automotriz, eliminó más de 5 millones de unidades de sus proyecciones para la producción mundial de 2022 y 2023.

De esta manera, este año las compañías producirían en el mundo 81,6 millones de automóviles, y 88,5 millones en 2023. Es decir, 2,6 millones menos para el bienio.

Las razones son el efecto que está teniendo la guerra en los precios de la energía y las materias primas, sumado al estrés en la logística internacional.

“Antes de la invasión de Ucrania, la industria automotriz mundial ya había pasado más de un año en condiciones de capacidad limitada con, estimamos, una demanda acumulada de los consumidores de hasta 10 millones de unidades. La repentina pérdida de confianza económica (a través de los altos precios del petróleo y de las materias primas, la debilidad de los mercados de valores y el endurecimiento de las tasas de interés) está frenando la demanda y ahora podría reducir ese déficit en aproximadamente un tercio”, apuntó S&P Global Mobility.

Asimismo, indicó que los puntos críticos que pesan sobre los niveles de producción posteriores a la invasión se dividen en dos amplias categorías: suministro de materiales semiconductores (específicamente a través del neón ucraniano y el paladio ruso) y el abastecimiento de arneses de cableado eléctrico.

Así, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y el nuevo brote de covid-19 en China —que obligó a la suspensión de plantas de fabricación como Toyota, Volkswagen y Tesla— han traído recordatorios de la fragilidad de las cadenas de suministro en el mundo

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