viernes
7 y 9
7 y 9
Aunque la cartera y el otorgamiento de créditos a personas han crecido en Colombia, según expertos consultados por este diario, no hay un riesgo tangible para el sistema financiero por eventuales impagos de los deudores.
Así lo estimaron los especialistas en medio del coletazo que aún se percibe de la covid-19, cuyo efecto derivó en 5,4 millones de empleos destruidos, de los que ya se ha recuperado el 80%, según José Manuel Restrepo, ministro de Hacienda.
Pero, ¿qué relación guarda lo uno con lo otro? Hay que recordar que a raíz de los despidos en 2020, según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), los hogares perdieron $33,8 billones en ingresos. Y en ese contexto, crecería la posibilidad de un incumplimiento por parte de los prestatarios.
Se sabe que la banca, por ejemplo, posee un efecto multiplicador del dinero, toda vez que destina una parte de los depósitos del usuario a otros préstamos, para luego retornar un interés.
El Banco de la República es el encargado de establecer qué porcentaje de todos los depósitos debe permanecer intacto en las bóvedas con el propósito de mantener la liquidez, a lo que se le conoce como encaje bancario.
Por consiguiente, según Raúl Cardona, director del Consultorio Financiero de Eafit, una tasa alta de impagos puede afectar la confianza de los cuentahabientes. Y en caso de un retiro pronunciado de los ahorros, podría darse una merma de los recursos disponibles para irrigar en la economía.
De acuerdo con la Superintendencia Financiera, a julio de 2021, el monto adeudado a los establecimientos de crédito, sin incluir al Fondo Nacional del Ahorro (FNA) ni a los bancos de segundo piso, ascendió a $534,6 billones y creció 3,2% año a año.
Conforme a esos mismos registros, la cartera vencida totalizó $24,6 billones.
Sin embargo, para María Mercedes Cuéllar, expresidente de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), la variación interanual de la cartera bruta no se traduce en un crecimiento significativo de la obligación.
Inclusive –desde su óptica– “es importante que haya una mayor profundización del crédito en la economía colombiana”.
En línea con lo anterior, vale precisar que el indicador de profundización denota el valor de la cartera frente al Producto Interno Bruto (PIB), que en este país se ubica en 50,1%.
“Hay muchos países que tienen más del 100% en ese índice, lo que quiere decir que sus economías son más líquidas (más dinero disponible para gasto). Si se mira a los Estados Unidos, ese indicador es superior al 100%”, señaló.
Así las cosas, a su manera de ver, el sistema financiero no está bajo estrés.
Ahora bien, apuntó que debe observarse de manera desagregada cómo va evolucionando el crédito tomado por personas en los diferentes segmentos.
Conforme a las métricas de la Superfinanciera, hasta julio, en el segmento de consumo la deuda totalizaba $165,7 billones, siendo el renglón con el monto por cobrar más elevado (ver gráfico) y su crecimiento interanual llegó a 6,8%.
En total, con corte al séptimo mes, la cartera de personas valía $258,2 billones y evidenciaba un saldo vencido de 12,5 billones.
Según Wilson Triana, consultor en Banca y Seguros, los beneficios ofrecidos por la Banca –como periodos de gracia– generaron un incremento en el endeudamiento de los usuarios porque se acumularon los intereses”.
No obstante, Jorge Castaño, Superintendente Financiero, había dicho que “hay $39 billones en provisiones”.
“Esa –tal como explicó– es una plata que la Superfinanciera les ordena guardar a los bancos por todos los créditos que existen. Esa plata es la que ayuda a amortiguar las pérdidas y que los ahorros de los colombianos estén protegidos”.
De acuerdo con Alejandro Vera, vicepresidente técnico de Asobancaria, “no es preocupante el endeudamiento de los hogares colombianos (...) por que este año ha vuelto a subir el nivel de ingreso en la medida en que se da la recuperación económica”.
Con unas expectativas que en el caso más conservador proyectan un crecimiento en el PIB de 5%, desde su óptica, “el nivel de deuda se mantenga estable. Hay que agregar que los indicadores de calidad de cartera se mantienen en niveles prepandemia, por debajo del 5%, lo que evidencia que, en el agregado, tenemos una buena salud del crédito”.
Desde la óptica de Juan Camilo González, analista de la Universidad Externado, los créditos a largo plazo componían más del 24% de la cartera de consumo. Esto implica, según dijo, cuotas mensuales más bajas para el deudor y menos presión.
“El indicador de carga financiera de los hogares está alto, pero no tanto como llegó a estar hacia principios de 2020. Según el dato reciente, era casi del 28%. Eso significa que en Colombia el hogar promedio con deuda destina el 28% a pagar sus créditos. Es alto, pero no es crítico”, apostilló el experto.
Paralelamente, apuntó que, a pesar de la caída en los ingresos reseñada por Anif, no a todos los colombianos los afectó la pandemia en la misma medida. Por ende, desde su perspectiva, no todas las personas solicitantes de préstamos hacen parte de la población más golpeada por la destrucción de empleos.
“Lo que debería pasar en los próximos meses, es que los bancos terminen de ayudar a las personas que están endeudadas y necesitan bajar sus cuotas para no quedar asfixiados y cumplir con sus pagos. La invitación es a planear muy bien sus endeudamientos”, puntualizó