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Según las cuentas del costo de vida o inflación del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en los últimos doce meses los precios de la papa para el consumidor se han contraído un 27,61 %, lo que se constituye en una buena noticia para las finanzas de los hogares.
En la Central Mayorista de Antioquia, de acuerdo con los mismos registros del Dane, esta reducción resulta mayor (50 %), pues el kilo de papa costaba hace un año 1.600 pesos y la semana anterior cerró entre 700 y 900 pesos.
Pero, ¿qué están observando los productores de este alimento? Juan Guillermo Álvarez, gerente de Agropecuaria de Papa, señaló que la coyuntura es compleja, pues si bien durante los momentos más severos de las restricciones, decretadas para contener la pandemia, los cultivadores aseguraron el abastecimiento de este producto, hoy están trabajando a pérdida, porque producir un kilo de papa cuesta unos 1.000 pesos, cifra mayor al valor que está teniendo en el mercado.
“Hay preocupación entre los grandes y los pequeños productores, porque está muy bajito el consumo y hay sobreoferta, porque durante la contingencia hubo gente que pasó de la ciudad al campo y empezaron a sembrar alimentos como papa”, añadió el empresario.
Destacó el anuncio del Ministerio de Agricultura de destinar 30.000 millones de pesos para compensar el precio que se paga a los pequeños papicultores, y pidió suspender la contribución que los grandes productores hacen al Fondo Nacional de Fomento de la Papa (FNFP) que administra la Federación Colombiana de Productores de Papa (Fedepapa), y que corresponde al 1 % de las ventas.
La agremiación
Desde la gerencia de Fedepapa, Germán Palacio, precisó que la reducción de la demanda en el consumo de este alimento en el país es del 30 %, derivado del freno en el llamado canal horeca, es decir hoteles, restaurantes y cafeterías que todavía no se reactiva plenamente. “Nosotros seguimos produciendo con normalidad, llegaremos este año a 2,65 millones de toneladas, pero la demanda ha bajado, hay sobreoferta y lo que necesitamos es que se dinamice el consumo”, mencionó el dirigente gremial (ver gráfico).
Sobre el apoyo lanzado por el Gobierno para los pequeños productores (los 30.000 millones de pesos), comentó que se trata de un esfuerzo económico importante, pero sostuvo que el sector requiere unas medidas estructurales en aspectos de comercialización, control de exportaciones y reordenamiento de la producción. “Hoy se reúne el Consejo Nacional de la Papa y expondremos estas iniciativas ante los representantes de la industria, entidades oficiales como el ICA y Agrosavia, comercializadores de Corabastos y la Andi” (ver Informe).
Sobre los aportes al FNFP, Palacio explicó que estos recursos, que en 2019 sumaron 5.500 millones de pesos, se invierten en programas de asistencia técnica a los cultivadores, en capacitación a 17.000 productores, asesorías a 25 asociaciones y cooperativas de paperos y la campaña de consumo.
“Cualquier cambio en la destinación de la contribución al Fondo o cualquier solicitud para que el aporte sea suspendido debe tramitarse a través del Congreso, pues esto está consagrado en Ley 1707 de 2014”, añadió el dirigente gremial.
Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), explicó que la pandemia y el desempleo redujeron el consumo de alimentos, afectando negativamente a los productores del campo.