Gustavo Petro ordenó a Ecopetrol importar gas de Catar. Además de considerarse una propuesta que atenta contra el gobierno corporativo de la petrolera estatal, analistas creen que sería una propuesta que no puede materializarse de forma inmediata ni en el corto plazo por varias razones.
Los expertos creen que traer gas del Medio Oriente devela un trasfondo con por lo menos tres situaciones: primero, es una propuesta poco realizable en un plazo inmediato; segundo, es una decisión que debe tomar la junta de Ecopetrol; tercero, con esto el Gobierno Nacional está reconociendo lo que tanto negó.
El plan de Petro para traer gas de Catar
Todo comenzó con un trino del mandatario. Petro se mantuvo en su posición de que hay una especulación para vender el gas a precios de importación, premisa que la elevó a tal punto de que la Superintendencia de Industria y Comercio realizó una inspección en las oficinas de Naturgas a mediados del mes pasado.
Y el mandatario agregó que incluso los precios del gas importado que se vende en Colombia están muy por encima del precio internacional. “No están robando”, sentenció.
Lo primero es aclarar que el gas importado puede salir más costoso por factores logísticos. Luis Pachón, consultor en energía y gas, aclaró que el gas de Henry Hub, compañía estadounidense que vende a Colombia, cotiza en 4 dólares, mientras que a Colombia llega en alrededor de 15 dólares. Es más caro, pero eso obedece a la regasificación, al transporte, ya que elevan el costo.
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Ahora bien, esa es la misma realidad por la cual podría salir muy costoso traer ese gas de Catar. “Según datos de Promigas, el gas de ese país del Medio Oriente podría estar muy ligado a los precios de Asia; el descuento en su valor debería ser muy fuerte para que llegue a un precio por debajo del importado actual”, apuntó el experto.
Según sus cálculos, ese gas puede tener un precio de referencia de entre 8 y 10 dólares por MBTU (unidad de medida del gas); sin embargo, los costos en transporte y regasificación impulsarían todavía más ese precio, ya que podrían ser tres veces más altos que los de Estados Unidos.
Para tener un panorama, datos de Promigas sugieren que el precio de referencia de Henry Hub es el siguiente: en contratos de 5 años, su precio de referencia es de 4,5 dólares por MBTU, mientras que su precio regasificado es de 10,8 dólares, una diferencia de 6,3 dólares.
Algunos analistas no comprenden por qué traer gas de Catar podría ser una mejor opción, cuando incluso se pensó traer de Venezuela, a precios favorables, pero ese plan falló.
¿Por qué no se podría traer el gas de Catar de forma inmediata?
El problema de los precios es solo un punto. Hay otro dolor de cabeza más relevante y es que ese gas de Catar no se puede traer de forma inmediata.
El presidente Petro ha dejado claro que piensa que hay un monopolio de la importación de gas. Lo cierto es que actualmente las ventas exteriores son muy mínimas y solo obedecen a cerca del 4% o 5% de la demanda nacional de gas natural.
Y es real que solo hay dos firmas que venden ese gas al país, pero parte de esa condición obedece a que hay una limitación de las comercializadoras colombianas para comprar gas al mercado internacional.
Ese argumento pertenece a Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg). El líder gremial explicó que falta reglamentación de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para importar gas que atienda el consumo de los hogares y están limitados al mercado de corto plazo.
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“Nunca se pensó que esta importación fuera para atender la demanda no térmica, entonces el año pasado el Gobierno y el regulador del mercado, al ver que no había la disponibilidad de contratación firme, permitieron que se pudiera comercializar el gas en forma firme por medio de contratos mensuales o de dos meses, como se está viendo hoy”, señaló.
Pero el meollo está en que las compañías no pueden firmar contratos con firmas extranjeras para traer gas en contratos de largo plazo.
Eso se debe a que Colombia solo tenía reglas claras para la importación de gas para las plantas térmicas, que producen energía eléctrica, pero no para el consumo de las familias, situación que cambió en diciembre ante la escasez.
No hay una planta regasificadora disponible para traer el gas de Catar
La lista de inconvenientes no finaliza ahí. Hay que tener claro que un país importa gas de forma líquida y el comprador lo recibe en una planta regasificadora, que lo convierte de nuevo a su estado gaseoso. La cuestión es que Colombia solo cuenta con una sola, que está ubicada en Cartagena, históricamente se utilizó para abarcar la demanda de las térmicas.
En ese sentido, Alejandro Castañeda dedujo que el Gobierno no tiene la capacidad para traer gas de Catar. “Hoy en día la capacidad de importación de Cartagena es toda de los térmicos porque ellos la contrataron, la hicieron y tuvieron los incentivos regulatorios para hacerlo”, sentenció.
De ahí nace la otra queja y es que el Gobierno se demoró en tomar cartas sobre el déficit de gas. Solo hasta noviembre del año pasado, Ecopetrol anunció que construirá su propia planta regasificadora, proyecto que está en marcha y que culminaría solo hasta finales de este año. Andeg estima que solo se podrá traer gas de Medio Oriente cuando entre en operación esa infraestructura.
Es una decisión que debe obedecer a un estudio de mercado de Ecopetrol
La molestia de otros analistas radica en que la orden de Petro atentaría contra el gobierno corporativo de Ecopetrol. El hecho de que Presidencia imparta órdenes a la empresa acaba con la confianza de los inversionistas.
Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía, argumentó que la decisión de importación deberá ser toamada por junta directiva de la petrolera. Y no se trata de algo que ocurra de la noche a la mañana, pues hay que realizar una evaluación de mercado para considerar las diferentes alternativas. “No se puede optar por Catar y descartar otras alternativas sin un estudio previo de mercado del gas natural”, señaló el exministro.
El Gobierno Nacional siempre negó el défitic
En diciembre empezaron las importaciones para atender la demanda local. Pero la postura del entonces ministro de Energía, Andrés Camacho, y el presidente Petro, siempre fue la misma: negar el déficit.
Los conocedores del mercado creen que el cambio radical del Ejecutivo en su postura de importar gas obedece a que el faltante va empeorando a medida que avanzan los meses; mejor dicho, el presidente “no puede tapar el sol con un dedo”.
De hecho, según cálculos oficiales de Ecopetrol, revelados en abril del año pasado, habrá un faltante entre 2025 y 2030 (ver gráfica). Allí se aprecia cómo las declaraciones de producción y el gas onshore (yacimientos en tierra firme) caen de forma importante, mientras el faltante crece.
En ese orden, mientras la demanda se mueve por el orden de 1.000 GBTUD (Giga BTU por día, unidad de medida del gas), el faltante alcanzaría a ser hasta del 8,3% a final de este año, y del 26% en 2026 (su año más crítico).
No se puede dejar de lado que al final del año, Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, cambió de discurso. En un debate de control político dijo que gracias al rebalanceo de ahorro que hizo Ecopetrol en su demanda, además de dos nuevos hallazgos y demás factores, no habría la necesidad de importar gas en 2025.
En el mercado, la realidad ha sido otra. Tal y como lo vaticinó una y otra vez la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), el déficit se comenzó a materializar desde diciembre del año pasado, cuando se importaron 40.000 MBTUD de gas natural para evitar un desabastecimiento.
Y claramente, a medida que falta más gas, habrá la necesidad de traer más, lo que incidirá cada vez más en las tarifas.
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