Como van las cosas parece que el debate de la reforma tributaria se extenderá más allá de las plenarias del Congreso y, aun cuando el presidente Gustavo Petro la sancione y se convierta en Ley de la República, esta seguirá levantando ampolla.
Ayer estuvieron reunidos a puerta cerrada los senadores Clara López (Pacto Histórico) y Juan Diego Echavarría (Liberal) y los representantes a la Cámara Álvaro Monedero (Liberal) y Jorge Bastidas (Pacto Histórico) ultimando los detalles del texto de la reforma conciliado que deberá aprobarse en plenaria.
A la par que definían los pormenores, en redes se levantó toda una oleada de críticas pidiendo al Gobierno que la conciliación sea abierta. Por ejemplo, una carta firmada por el senador Humberto de la Calle y la representante Jennifer Pedraza solicitaba hacer público el proceso para conocer la posición del Ejecutivo frente a la discrepancia de los textos aprobados.
Artículos de la discordia
Es que el paso de la tributaria por Senado y Cámara de Representantes dejó, cuanto menos, tres iniciativas que tienen bastante divididas las aguas: el impuesto a las actividades comerciales de las iglesias; los estímulos a megapensiones cotizadas en el exterior; y la tarifa diferencial de renta a las mipymes.
Este último es uno de los grandes ejemplos. Se trata de una proposición de la representante Pedraza para que las empresas de menor tamaño no tributen al 35% sino al 30%, un punto al que estas compañías le han puesto sus fichas, sin éxito, desde reforma tributarias pasadas.
Esta vez, pese a no tener aval del Gobierno, la propuesta pasó y debe decidirse si se incluirá o no. El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, indicó que no hay forma de respaldarla, pues podría costar $1,5 billones y bajaría el recaudo de $20 billones estimado con la tributaria.
En tal sentido, la representante Pedraza citó las palabras del propio presidente Gustavo Petro en campaña, y también socializó el respaldo de Acopi (gremio de las mipymes) a su propuesta, para referenciar la importancia –en su opinión– de aprobar la tarifa diferencial.
En tanto, el “chicharrón” de gravar a las iglesias surgió luego de que la Cámara lo respaldara, pero el Senado no. Básicamente se ponen impuestos a actividades que no estén asociadas al oficio religioso, aunque se podrían evitar si los recursos obtenidos se reinvierten en su objeto social.
Fuentes le aseguraron a este medio que los puntos de las mipymes y de las iglesias siguen evaluándose minuciosamente, por lo que mañana seguirá la reunión entre los congresistas encargados de la conciliación, quienes también revisan los artículos aprobados que gravan a las empresas de hidrocarburos.
¿Micos?
Al respecto también se ha pronunciado el senador del Centro Democrático, Miguel Uribe, quien ha indicado su preocupación en caso de que, durante la conciliación, se incluyan “micos”, artículos negados o haya cambios sustanciales en el proyecto.
Uribe también hizo público un video ayer en el que le pidió al ministro Ocampo que renuncie a sus compromisos académicos en la Universidad de Columbia (Estados Unidos); consideró que él debería asumir las “consecuencias” que pueda tener la reforma como “el desempleo, la pobreza, la inflación y la devaluación”.
A su turno, Ocampo se defendió asegurando que ha dedicado más de 400 horas a atender inquietudes y resolver dudas de múltiples interlocutores sobre la tributaria. “Incorporamos las mejores ideas del sector empresarial para lograr una iniciativa con el mayor consenso posible”, sentenció.