Dicen que hay mujeres emprendedoras y las de Medellín. Cada quien tendrá su opinión, pero lo que sí está escrito es el valor y la pasión de dos jóvenes de la capital antioqueña para abrirse paso en el mundo de los negocios con su propia marca de bolsos de tela: los populares tote bag. Las dos emprendedoras forjaron Into, una marca con el suficiente nivel de innovación para llamar la atención de la multinacional Adidas y cerrar una millonaria compra.
Así es, la icónica tienda deportiva contactó a las emprendedoras paisas hace casi un mes por Instagram y les propuso trabajar juntos en una campaña para el mes de las madres: por compras superiores a $1 millón en Adidas, cada cliente se llevará gratis un Into tote bag para la mamá del hogar.
Y es que las bolsas de Into no son comunes. Estas tote bag están acompañadas de una correa personalizada que es uno de sus distintivos, pero su razón de ser está en despertar la creatividad del cliente. En ser un lienzo para cualquier catarsis artística que sufra y desee expresar la gente en la tela del bolso.
El emprendimiento tuvo que presentar una propuesta diseñada a la multinacional deportiva, que afortunadamente contó con su visto bueno. El primer día de este mes, las tiendas de Adidas de Medellín, Bogotá, Cali y Barranquilla se inundaron con los bolsos de tela; esta vez, no solo con las distintivas caritas de Into como logo, sino también, con la inconfundible marca de Adidas impresa.
El emprendimiento paisa reconoce que fue un pedido de 1.430 bolsos: una compra millonaria que no esperaban; no obstante tiene muy claro que eso no es lo más valioso, sino la reputación y credibilidad que aporta el hecho de colaborar con una multinacional de este peso y renombre.
Este hecho no estaba en los planes del dúo protagonista de este texto hace unos cuatro años atrás, cuando comenzaron a dar sus primeras pinceladas como emprendedoras. Se trata de las Isas o las Isabellas: Isabella Posada e Isabella Villa. Sus seres más cercanos saben que el secreto que hizo germinar la semilla de dicho emprendimiento va mucho más allá de la teoría técnica y de las estrategias mercantiles, pues es cierto que hoy son socias, pero 10 años de amistad trascendieron este límite.
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El secreto de Into
A las Isabellas las presentaron algunos amigos en común a los 15 años, y desde entonces comparten mucho más que esa bonita coincidencia: ambas tienen 27 años, son abogadas graduadas de la Universidad Pontificia Bolivariana, tienen los mismos gustos en gastronomía, viajes, y lo más importante: una marcada pasión por el arte.
Fue precisamente un pasatiempo por la pintura lo que más estrechó sus lazos. “El arte fue lo que nos acercó mucho. El único espacio para librarnos de los libros de derecho era irnos a pintar en algún rincón de la universidad”, comentó Posada. Así se fortalecieron los cimientos de la amistad que más tarde floreció en empresa.
En medio de esas tardes de pintura, las dos mujeres acordaron probar suerte como emprendedoras. Entre 2020 y 2021, asistieron a ferias comerciales en las que vendieron hoodies de la empresa Domenica. Fue un paso crucial porque entendieron cómo funcionaba la dinámica comercial, lo que despertó aún más el espíritu emprendedor de las jóvenes antioqueñas.
Todo cambió en diciembre de 2020. Desayunaban pancakes de nutella con milo frío en Bogotá, uno de los tantos gustos que comparten, entonces, tomaron la decisión de dar un nuevo rumbo a sus vidas. “Es momento de crear nuestro propio producto”, acordaron.
Comenzó la lluvia de ideas. Con lápiz y papel en mano trataron de idear algo diferente. El proceso de creación tardó siete meses, desde diciembre de 2020 hasta julio de 2021, cuando sacaron la primera producción de Into.
Eligieron un bolso porque estaban buscando algo que la gente personalizara fácilmente, que no luciera siempre igual. También, es algo diferente porque la oferta es para hombres y mujeres, y en ese momento no era común ver a un hombre usando tote bag.
“Nos dimos cuenta de que estábamos buscando algo fresco en el mercado, algo nuevo. Y, pues nada ilustrado es algo novedoso, lo nuevo era ofrecer un lienzo en blanco que la gente pintara, y eso es lo que son nuestros bolsos”, contó Villa. Así surgió Into: bolsos personalizables: se pueden pintar, teñir y traen correas intercambiables que ofrecen 150 combinaciones diferentes.
Algo muy cierto al momento de emprender es que los primeros clientes son familiares y amigos, con Into no fue diferente. Estos fueron los clientes de la primera producción de 40 bolsos, cada uno a $125.000.
Arrancó la empresa. Las Isabellas comenzaron a promocionarlos a donde iban, los pedidos llegaban por sí solos, y cuando había una nueva producción ya tenían una parte vendida. Una regla de oro fue clave para su consolidación: no gastar un solo peso, sino reinvertir en la compañía, así se multiplicó la producción. Al final de 2021 ya estaban moviendo por lo menos unos $12 millones.
Fuertes en la diferencia
Si bien, las dos jóvenes tiene mucho en común; a su vez, son fuertes en la diferencia. Cada una tiene dotes diversos que aportan a la compañía y cada una reconoce los saberes y fortalezas de la otra.
Por ejemplo, Posada dice que Villa es una persona creativa: “Su cabeza llega a lugares donde uno no puede imaginar, tiene el don de la palabra y es capaz de decir lo que sea en la forma en que lo tenga que hacer. Es demasiado apasionada. Ella es el centro de esta empresa, no solo porque la esté manejando en este momento, sino porque fue capaz de transformar una bolsa en un universo”, manifestó.
Y Villa también reconoce que Posada es muy orientada al detalle y es el norte de la empresa. “Es capaz de ver cuándo algo gráficamente está torcido. Siempre se fija en los detalles y ese es el éxito de las cosas. Prevé las tendencias de la moda. Es una persona que siempre está dispuesta a ayudar, cuando estoy muy abrumada es a la única a la que le pido ayuda, porque sabe muy bien ejecutar planes de acción bajo presión”, dijo.
Aún así, no todo es color de rosa. Into tuvo su momento de crisis más grande el año pasado. Estas emprendedoras nunca imaginaron recibir tantos pedidos, la cantidad se comenzó a salir de las manos, sobrevendieron los bolsos y tenían desorden en la contabilidad. “Yo siento que estaba pensando muy grande y todavía no teníamos resueltos los problemas más pequeños”, dijo Villa.
En el momento de dificultad, un cliente subió un video en TikTok asegurando que había hecho un pedido hace dos meses y todavía estaba sin recibirlo: “El año pasado tuvimos la peor de todas las crisis, que fue este TikTok que nos funó, pensamos que iba a ser el final del mundo”. No fue así.
Aunque dicha crisis causó malestar y las Isabellas chocaron ante la presión del momento, decidieron hacerle frente a la situación y solucionar todos los problemas logísticos. Villa comenzó a trabajar de tiempo completo en la compañía, contrataron más personal y salieron a flote.
Una prueba de que van por buen camino es que el año pasado crecieron en ventas 218%, ya que comercializaron 3.500 unidades frente a las cerca de 1.100 del 2022. Un buen síntoma para cualquier negocio, sin duda. Into ahora genera cuatro empleos directos y 50 indirectos.
Eso no es todo, en el último año han dictado dos cursos y cinco ferias empresariales en Medellín y Bogotá. Cualquiera diría que son un ejemplo de empoderamiento femenino, también son una hermosa historia de amistad, de la pujanza paisa y de que emprender es posible si a la fórmula se le agrega pasión y creatividad.