Es miércoles 3 de septiembre y hacia las 10 de la mañana, cuando el sol ya tiene la temperatura arriba de los 30 grados, Luis Portela va a caballo, lentamente, recorriendo los alrededores de la mina Santa Ana, una de las canteras de Cementos Argos, ubicada entre Turbaco y Turbana, a pocos kilómetros de Cartagena.
Luis es una de las más recientes incorporaciones que la empresa realizó para garantizar la seguridad de la explotación a cielo abierto, de la cual se extrae caliza, una de las materias primas para la fabricación de cemento.
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Al tiempo, en la zona franca de Argos, el buque de carga UBC Halifax está anclado, siendo cargado con 22.000 toneladas de cemento a granel, cuyo destino es el mercado de Estados Unidos.
Acompañando este proceso está Camilo López, auxiliar de operaciones del muelle, quien confía en que esta tarea se pueda ejecutar en menos de 66 horas, pues la idea es que a las bodegas del carguero lleguen unas 270,8 toneladas por hora, 6.500 toneladas por día.
También espera que la misión no vaya a tener interrupciones, ya sea por desperfectos en la línea de transporte del material de la planta cementera al buque o por lluvias, lo que no solo retrasaría el cargue, sino que desencadenaría sobrecostos que alguien debe pagar.
El corazón de la producción de cemento
Tanto el trabajo de Luis, en la cantera, como de Camilo, en el muelle, hacen parte de los extremos, inicio y final, de un intrincado proceso industrial que Argos desarrolla en su planta de Cartagena, un megacomplejo que se destaca por ser uno de los más grandes en capacidad de producción de cemento en América Latina.
Las instalaciones abarcan la llamada línea seca de producción, la más grande del país, y su tecnología permite optimizar energía, ahorrar agua y reducir significativamente las emisiones de CO2 en comparación con los métodos de producción tradicionales.
La fábrica cementera, inaugurada en 2009, es de proporciones colosales. Por ejemplo, la Torre Eiffel de París demandó 9.000 toneladas de material y la infraestructura de esta factoría requirió más 28.0000 toneladas.
De igual forma, la torre de precalentamiento, una de las unidades claves de la elaboración de cemento, mide 147 metros, lo que corresponde a un edificio de 48 pisos, superando incluso al emblemático edificio Coltejer, de Medellín.
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Aquí llega la caliza de la mina Santa Ana que es sacada de la tierra por maquinaria pesada, y que inicialmente es triturada en molinos especiales y transportada por un largo sistema de bandas, de unos siete kilómetros, que pasa por la comunidad de Membrillal.
Este material es apilado, y luego mezclado con limos o arenas correctoras con contenido de aluminio o hierro con las que se alimentan otro bloque de molinos, convirtiéndolo en “harina cruda”. Luego pasa hornos con temperaturas mayores a los 1.400 grados que lo calcinan y transforman en clínker.
Este clínker se enfría y se muele finamente junto con yeso para obtener el cemento final, que luego es almacenado en silos robustos, para su posterior despacho a granel o en sacos. A diario se producen en esta planta entre 6.000 y 7.000 toneladas de cemento.
Modernización constante de Cementos Argos
Desde hace varios meses, la compañía hace gala del silodomo (silo en forma de domo), una estructura con capacidad de almacenar hasta 20.000 toneladas de cemento, volumen suficiente para producir el concreto con el que se llenarían 26 piscinas olímpicas.
Gracias a su capacidad, este silo permite cargar de manera simultánea las dos terminales del puerto, lo cual permite aumentar el volumen de exportación de cemento y clínker hasta en 3,5 millones de toneladas al año.
Este silodomo, con una altura de 35 metros y un diámetro de 28, es monolítico, es decir, que está hecho de una sola pieza, es homogéneo e impermeable, lo cual contribuye a mantener la calidad del cemento. Desde esta unidad sale el cemento con el que el miércoles es cargado el barco UBC Halifax.
Alberto Riobó, gerente de la planta de Cartagena, resalta que esta estructura es amigable con el medioambiente, ya que evita la emisión de polvo a la atmósfera.
Para lograrlo el cemento es trasladado por medio de otro juego de bandas transportadoras desde la planta hasta el silodomo en la zona franca, disminuyendo así las emisiones que se producirían al usar camiones para movilizar este producto.
Hitos recientes de Cementos Argos
Gabriel Andrés Cuéllar, jefe de operaciones en el muelle de la zona franca de Argos, es uno de los empleados más satisfecho y orgulloso de la empresa por estos días.
Desde su óptica, la compañía cementera del Grupo Argos “se la está metiendo toda” para seguir fortaleciendo su capacidad exportadora y atender de manera oportuna y competitiva a sus clientes en distintos mercados de las Américas.
Y es que el pasado 21 de agosto, por primera vez en su historia, se realizó la carga simultánea de tres barcos de cemento desde ese terminal.
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En esta operación se movilizaron más de 31.000 toneladas de cemento. Desde la plataforma 1, más de 7.000 toneladas a granel viajaron a las Antillas y más de 3.000 toneladas empacadas se dirigieron a las islas del Caribe.
Mientras que, desde la plataforma 2, se transportaron más de 21.000 toneladas a granel con destino a Estados Unidos. En esta tarea participaron más de 41 personas por casi 24 horas continuas.
“De esta manera optimizamos y volvimos más eficiente la ocupación del muelle, llevándola a su máxima capacidad”, comentó Cuéllar, quien anticipó que próximamente podrían atenderse hasta cuatro embarcaciones de manera simultánea.
Al cierre de julio, la compañía alcanzó un volumen de carga de 570.000 toneladas de cemento a granel en 44 barcos, lo que se compara con levantar la torre Eiffel 70 veces.
Además, empacó más de 50.000 toneladas de cemento en 15 barcos, lo cual equivale al peso de 350 ballenas azules, el animal más grande del planeta.
Esta terminal cuenta con una capacidad instalada para importar y exportar hasta 3,5 millones de toneladas anuales de cemento, clínker y otras materias primas.
A caballo para cuidar la planta cementera
Las cifras, números, volúmenes, innovaciones, tecnología y modernización en los procesos productivos de Cementos Argos no parecen inquietar a Luis Portela, quien bajo el sol ardiente del Caribe sigue impasible a caballo, protegido por un gran sombrero y deteniéndose por momentos para aguzar la vista.
Su función no es otra distinta que cerciorarse que el ganado propiedad de residentes en la zona aledaña invadan el predio minero y pongan en riesgo la actividad de la maquinaria pesada y sus operarios en la cantera.
Su rol de seguridad es tan preponderante como el uso de los elemento de protección personal en la planta de cemento, o el apoyo que ofrecen Camilo López y los funcionarios de entidades oficiales para evitar que los embarques sean contaminados por los traficantes de sustancias ilegales en el puerto.
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La terminal portuaria
En 2022 Cementos Argos inauguró la terminal portuaria que complementó las instalaciones existentes de la compañía, y desde la cual exporta cemento y clínker a Estados Unidos y otros destinos en el Caribe y Centroamérica desde hace más 46 años.
En esa ampliación se invirtieron cerca de US$42 millones y contempló la construcción de una plataforma de atraque de 152 metros de largo por 18 de ancho, que se une a la costa a través de una pasarela civil de 170 metros de longitud desde la cual se atienden las embarcaciones. Desde este complejo se ha enviado cemento a destinos tan lejanos como Sudáfrica.
*Por invitación de Cementos Argos.