Dentro de una obra pública, como es el caso de una carretera, los materiales de construcción básicos, tales como arena, grava, escombro y piedras, pueden representar hasta el 5 % del total de los costos.
Y justamente, sobre el origen de esa participación se está formando una polémica: la Asociación Colombiana de Productores de Agregados Pétreos de Colombia (Asogravas) considera que la reglamentación de las Autorizaciones Temporales mineras, una figura creada por el Gobierno, se le resta responsabilidad a la extracción de estos materiales y se pone en riesgo el medio ambiente.
Sin embargo, ante la preocupación de Asogravas, Corantioquia, como principal autoridad ambiental regional, aclara que “la rigurosidad para tramitar la licencia ambiental es la misma, solo varía en el tiempo de solicitud por tipo de obra y su corta duración”, acotó Carlos Andrés Naranjo, subdirector de Regionalización de la entidad.
Para hacerse una idea, el país demandó 160 millones de toneladas de materiales de construcción en 2015 y en 10 años esa cifra se duplicará.
Desde la orilla de Asogravas, su presidente, Carlos Fernando Forero, la figura de Autorizaciones Temporales es una clara desventaja competitiva para el sector pues “el permiso de explotación se da por el tiempo que dure una obra, y eso es muy corto, si se tiene en cuenta que una persona con un título minero se tardó más de cuatro años en obtenerlo” (ver gráfico).
Así que se espera que las Autorizaciones Temporales proliferen con la construcción de las vías de cuarta generación (4G), pues esos proyectos demandarán grandes cantidades de materiales y deberán tenerlos cerca de las obras.
Corantioquia aseguró que en su jurisdicción se encuentran actualmente 31 procesos ambientales por Autorizaciones Temporales, de las cuales se les negó a dos por no cumplir requisitos y las restantes están en proceso de análisis.
Para Naranjo, el riesgo de afectaciones ambientales se presenta con cualquier tipo de título o autorización minera, siempre y cuando no se hagan los controles respectivos y que, en tal medida, no depende del tipo de figura minera.
“Tenemos una mesa permanente y mes a mes con los concesionarios de Autopistas de la Prosperidad. Independiente de que esos trámites se hagan ante la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla), hay una conversación permanente para hacer el control debido”, agregó Naranjo.