Los niños deben estudiar. Esa premisa fundamental de los derechos humanos no se cumplió para los cerca de 869 mil niños entre los 5 y 17 años, es decir 7,8 % de la población entre esas edades del país, entre octubre y diciembre pasados.
Así se desprende del informe publicado ayer por el Dane, en que se indica que unos 30 mil de los niños trabajadores en ese periodo vivían en el Valle de Aburrá, es decir, 3,45 % del total nacional.
En todo caso, esas cifras expresan la tasa más baja para Colombia y la ciudad desde el cuarto trimestre de 2012, cuando el Dane retomó la medición. Así las cosas, hubo 149.686 menores que dejaron de trabajar frente a 2015 en el país. Para el caso de la capital antioqueña, la reducción anual fue de 5.237 (ver gráficos).
Pero al desagregar datos nacionales por áreas urbanas y rurales, se advierte una inquietante brecha: la tasa para cabeceras es de 5,7 % de la población entre 5 y 17 años (84 mil niños), 1,06 % menos que en la medición de 2015, mientras en las áreas rurales es 2,3 veces mayor (13,6 %, 404 mil personas), aunque es notable la reducción anual de 3,3 %.
“Es de destacar que los municipios –más de 600– y los 32 departamentos del país, han incluido en sus planes de desarrollo la erradicación del trabajo infantil dentro de sus metas concretas”, dijo ayer la ministra de Trabajo, Clara López, en un comunicado.
Finalmente, los mayores empleadores de niños son las actividades económicas asociadas al sector agropecuario (36,6 %), seguidas de las de comercio, hoteles y restaurantes (36,3 %) y la industria manufacturera (11,8 %).
Llama la atención que 410 mil niños trabajan sin remuneración, es decir, 47,18 % del total nacional que no está en un salón de clases aprendiendo para trabajar en la vida adulta.